viernes, 27 de agosto de 2010

Mis absurdas predicciones: AFC Oeste

Tengo que darme prisa, que (por suerte) queda muy poquito para que esto empiece y me quedan tres divisiones (con esta) por absurdamente predecir. Por cierto, el número 0 de la revista online Football Speech, que enlazo, contiene el análisis completo de todos los equipos en formato pdf. Queda muy recomendado. Aprovechamos que estamos de recomendaciones, no os perdáis la relanzada web de NFL Media. Ahí podréis conseguir toneladas de material audiovisual sobre la NFL.

Siguiendo el mismo orden que con la NFC, voy con la AFC Oeste. Igual que en el caso de la NFC, a priori parece la más floja de las divisiones de la conferencia, y es la que más barata ha estado los últimos años (San Diego ha llegado a ganarla con tan solo 8 victorias hace un par de años). No obstante, a diferencia de la NFC Oeste, en la AFC Oeste encontramos a un teórico aspirante al anillo y claro favorito en su división a pesar de las bajas y tensiones internas (en forma de holdouts). Hablo de los Chargers, por supuesto.

La música, en una división con dos equipos californianos, tiene que venir de ese estado. Pongo algo de Green Day, de la etapa en la que más me gustaban. No lo digo por esnobismo, para mí las mejores canciones de Green Day son las primeras. La mejor, la que pongo a continuación, Dry Ice. Su último disco me parece una puta mierda. El American Idiot no estaba tan mal, pero en el último han llevado demasiado lejos su apuesta por ese nuevo género de ópera-punk-rock que parecen querer hacer, que ya apesta. Y no os recomiendo que os gastéis el dinero (mucho) en ir a un concierto suyo. Estuve en el último que dieron en Madrid en el Palacio de los Conciertos, digo, de los Deportes (a partir del enero del año que viene hará honor por fin a su nombre), y fue una estafa. Carísimo, sonido bajísimo y exceso de tonterías del cantante. No os lo recomiendo. Esta sí que molaba (tarda unos segundos en sonar desde que le dais al play):



Como siempre, antes de empezar a analizar a los equipos y predecir lo que sucederá en la división, unas notas sobre la división. La AFC Oeste es una división con mucha historia aunque con pocos anillos. Desde su constitución como AFL Western División cuenta con los cuatro equipos que la componen ahora, aunque a lo largo de la historia ha competido algún invitado más (Bengals, Buccaneers --que de occidentales tienen poco-- y Seahawks) y estos equipos se han mudado (los Raiders de Oakland a Los Ángeles y al revés; los Chiefs de Dallas, donde se llamaban Texans, a Kansas City; y los Chargers de Los Ángeles a San Diego).

La AFC Oeste es una división de equipos malditos. Los Chargers, porque a pesar de contar con muy buenos equipos, nunca han ganado un anillo. Los Broncos, porque hasta que Shanahan y un muy veterano Elway lo consiguieron (dos veces), se quedaban siempre a las puertas de la victoria (quizá habría que retirarles el calificativo de malditos). Los Chiefs porque desde su sorprendente victoria en la Super Bowl del 69, no consiguen ni un campeonato de conferencia. Y los Raiders porque son un equipo que despierta maldiciones y odios del resto de la NFL. No en vano, en el Top Ten de enfrentamientos (feuds, en inglés) que preparó NFL Network, "los Raiders contra el mundo" ocupa el primer lugar.

Seré poco original (como casi siempre, la verdad es que esto me está quedando un poco decepcionante, estoy arriesgando poco): creo que a pesar de los pesares los Chargers vuelven a ganar la división con relativa facilidad. Los Raiders me tienen buena pinta este año (no tanto como para Al Davis, que dice que le recuerdan a los últimos Raiders campeones), aunque lucharán con los Chiefs por el segundo puesto. Denver es el equipo que peor veo, y que creo que será último. Veamos por qué digo todo esto.


San Diego Chargers. Los Chargers vuelven a ser los favoritos para ganar la división, a pesar del adiós de su buque insignia de los últimos años (cada vez menos, eso sí), del mal rollo que da pensar en cómo cayeron el año pasado y de que la participación de dos jugadores importantes está en seria duda por culpa de los dichosos holdouts. No obstante todo lo anterior, que sin duda parece que debilita la posición de San Diego en su previsible postemporada, la AFC Oeste parece una división bastante baratilla cuyo mejor equipo son los Chargers.

Empezamos como casi siempre por el jugador que dirige el ataque. Philip Rivers es un quarterback de primera categoría, el mejor de la división de (muy) lejos y un jugador que parece más que capacitado para crear los fuegos artificiales que hoy en día se necesitan para triunfar en los playoffs. Como recordaréis, o por si alguno no lo recuerda se lo cuento, Rivers protagonizó una polémica con Drew Brees, ya que el segundo era el quarterback titular de los Chargers, mientras que un impaciente Rivers, número 4 de la primera ronda del draft de 2004, era su suplente. Difícil convivencia. Tras dos años a la sombra, se acercaba el verano en el que Brees terminaba contrato, en el que la franquicia de San Diego debía tomar una complicada decisión: ¿seguimos con Brees o apostamos por Rivers? Lo que pasó en el último partido de la temporada 2005 ayudó a los Chargers a tomar la decisión: Brees se lesionó gravemente en su hombro, despertando serias dudas sobre su recuperación. San Diego presentó una oferta rechazable a Brees (5 años, con "solo" 2 millones de dólares garantizados como salario para el primer año, hasta un total de 50 millones a lo largo de los 5 años en función de objetivos). Una manera elegante de decir que no contaban con él y que preferían apostar por el quarterback que habían elegido en 2004 y por el que estaban invirtiendo una suma muy importante de dólares. El resto de la historia ya la conocéis. Los ganadores claros fueron los Saints. En cuanto a si la operación fue buena o mala para San Diego, quién sabe. Lo cierto es que Rivers es uno de los mejores quarterbacks de la liga. Ya consagrado (por ejemplo, lideró la liga en QB rating en 2008 y fue tercero en 2009), su asignatura pendiente es llevar a la franquicia a la Super Bowl (y ganarla, claro). Quién sabe si este será el año. De lo que no cabe duda es de que estamos ante un jugador de garantías, de lo mejorcito de la NFL. Detrás de él estará el veterano Billy Volek. No es la mejor garantía, pero Rivers no es proclive a las lesiones, y aún lesionado ha demostrado que tiene huevos para jugar (disputó la final de la AFC de 2007 contra los Colts con el ligamento cruzado anterior roto).

La estabilidad que encontramos en la posición de quarterback falta en el cuerpo de receptores y en el de backs. En cuanto a los receptores, existe todavía incertidumbre sobre dónde jugará, y si jugará, Vincent Jackson la próxima temporada. El tío está en pleno holdout (para entendernos, y aunque no sea técnicamente correcto, en huelga, que no quiere jugar por lo que le pagan). Los Chargers no están por la labor de dar a Jackson lo que pide, 9 millones de dólares por temporada. De hecho, le ofrecieron 3.2 anuales si firmaba antes del 15 de junio y como no lo hizo la oferta bajó a 583.000 dólares por un año. Jackson es un extraordinario receptor, una auténtica "amenaza profunda" (17,8 yardas por recepción promedió el año pasado) pero sus líos fuera del campo, que incluyen una sanción de tres partidos (que se cumplirá cuando y donde pueda jugar) por haber consumido sustancias prohibidas por la liga, son un factor disuasorio para firmar a Jackson. En estos momentos los más interesados en un posible intercambio por Jackson son los Seahawks, a los que los Chargers han dado permiso para negociar con el jugador. Probable baja importante que debilita la amenaza de big play de San Diego. Los receptores puros que deberían paliar esta potencial ausencia son principalmente Malcolm Floyd, Legedu Naanee, Buster Davis y Josh Reed (que llega procedente de Buffalo). Floyd nunca ha sido un número uno en estas lides, y aún menos el resto de wide receivers. Así las cosas, el principal apoyo de Rivers en el juego de pase seguramente será su tight end Antonio Gates, este sí, un jugador contrastado y de garantías. Randy McMichael, que llega de St. Louis, será el suplente de Gates tras la marcha de Manumaleuna, aunque a diferencia de Gates el papel de McMichael suele limitarse a bloquear en vez de recibir. Tampoco me extrañaría que el pequeño Darren Sproles sea un arma más utilizada en el juego de pase corto, faceta en la que también podrían ayudar los fullbacks Jacob Hester y Mike Tolbert. En definitiva, nos encontramos ante una unidad debilitada y carente de garantías más allá de Gates, aunque con un QB como Rivers probablemente sea más fácil que los inexpertos den un paso adelante.

Si en el pase encontramos novedades de relativa importancia, más significativas son las que afectan al juego de carrera. LaDainian Tomlinson, el jugador franquicia durante muchos años, tras un paulatino y prolongado declive (tanto deportivo como físico, lo primero seguramente debido a lo segundo), abandona la costa oeste y llega a los Jets de Rex Ryan. Su sustituto será un novato de primera ronda del último draft, Ryan Mathews, que precisamente vestía el número 21 en su universidad en honor a su jugador favorito, Tomlinson. Savia nueva aunque inexperta para el juego de carrera. Darren Sproles también deberá contribuir para que el juego terrestre apoye al explosivo juego aéreo de los de San Diego.

En cualquier caso, la línea ofensiva necesita mejorar. En esta unidad encontramos otro de los holdouts importantes para la plantilla. Y aunque se trate de un jugador menos "mediático" que Jackson, algunos consideran que la potencial baja de left tackle Marcus McNeill puede ser más importante que la del receptor. Importante posible baja, ante la cual una línea que ya presentaba carencias quedará liderada por el left guard Kris Dielman. Nick Hardwick, un Pro Bowler cuando está sano, se ha perdido 20 partidos en las últimas 3 temporadas, por lo que su presencia y rendimiento resulta como poco dudoso. Scott Mruczkowski, el teórico center suplente, podría tener que dar un paso adelante. La mejora debería llegar de la mano de un Louis Vasquez que disputará su segundo año de carrera profesional como right guard, después de una primera temporada prometedora. Jeromey Clarey, que completa la línea titular, es quizá el más flojo del grupo. En resumen, línea correcta, mejorable, y que puede sufrir si McNeill no vuelve.

Para amenizar la transición entre ataque y defensa, un off-topic (debería utilizar alguna expresión en español, lo sé, pero el término está tan generalizado que decir "excurso" o similares sonaría raruno que te cagas). Un poquito de amarillo y naranja nunca viene mal. Espectacular último número de Gigantes del basket. La única revista sobre baloncesto en general de España (en particular, la única que habla de baloncesto que no sea NBA). Hace años no estaba mal, se dejaba leer. Sin embargo, en los últimos años su calidad ha ido bajando hasta cotas ínfimas. Y sigue bajando. Y yo que me alegro, por la manía que le tienen al Estu, su afinidad con al equipo-que-no-debe-ser nombrado (cómo olvidar el fotomontaje en portada de Carlos Jiménez con la camiseta de la sección deficitaria, véase margen izquierdo) y el lameculismo al [expletive] que preside la FEB. Esta semana, Gigantes nos regala otra perla. Leed la parte inferior de la portada en el margen derecho...

Nos hablan, en portada, del All (sic) of Fame de la NBA. ¿Pero cómo se puede ser tan zote? No me jodas, ¿¡¿ALL OF FAME?!? ¿Pero quién redacta esa puta mierda? ¿Nadie revisa la portada? ¡¡La portadaaaaa!! No es una errata en páginas interiores, sino la puta portada, por favor. Y luego se publica en Internet como si tal cosa, para que algunos cabrones nos riamos a gusto. Aparte de esto, el Hall of Fame no es "de la NBA", sino del baloncesto (ahí está, por ejemplo, Antonio Díaz-Miguel, que nada tiene que ver con la NBA). Según he leído en otros foros, estos no son los únicos errores de este número de la revista, en donde se dice que Pepu fue campeón en "Japón 2004" (en vez de 2006) o que las medias de puntos por partido de Navarro, Garbajosa, Mumbrú, Marc Gasol y San Emeterio la pasada temporada fueron de 2,5; 3,3; 4,6; 8 y 6,6 respectivamente. Vale que Garbajosa y Mumbrú no se merecían ni de lejos ir a la selección (Mumbrú ni este verano ni el anterior, y en el caso de Garbajosa desde que se quedó cojo en Toronto --cómo se lo han currado los de la Mutua-- y se dedica exclusivamente a tirar con no mucho éxito triples desde una esquina de la cancha mientras cobra suculentos sueldos) y que su elección parece tomada en función de criterios "políticos" (en el sentido de los amiguismos que imperan en la confección de los listados electorales) en vez de deportivos, pero tan tan mal no lo hicieron. Gigantes, otra muestra la calidad de la prensa deportiva española. Nivelazo. Creo que con esto he hecho suficientes amigos por hoy.

Vamos con la defensa de San Diego. La defensa de los Bolts no está entre las mejores de la liga y hay quien considera que para que los Chargers sean aspirantes serios al anillo deberán promediar 30 puntos en enero. Esto habla suficientemente mal de su defensa.

Desde la línea de scrimmage hacia atrás, comenzamos con dudas en la línea. Los Chargers juegan una 3-4, y los tres titulares son Luis Castillo (defensive end izquierdo), Jacques Cesaire (derecho) y Ogendi Ngawbuo (nose tackle). Ngawbuo es un novato en estas responsabilidades (el próximo será su tercer año en la liga), que deberá cubrir la baja de Jamal Williams. No se puede descartar que el rookie de quinta ronda Cam Thomas dispute bastantes snaps. Cesaire también compartirá protagonismo con Travis Johnson, un jugador que tras ser elegido en primera ronda por los Texans en 2005 no ha cumplido las expectativas que había generado. Mediocridad. Y vamos con el líder de la línea: Castillo. San Diego necesita que Castillo vuelva a ser el jugador temible que atraiga dobles bloqueos para liberar espacio a sus compañeros. Sin embargo, en términos de salud estamos ante un Castillo de naipes (mala la gracia, eh). Los Chargers lo necesitan, así que en buena medida el rendimiento de la línea dependerá de la fortaleza física de Castillo.

En cuanto al cuerpo de linebackers, cabe destacar que hace pocos días Shawn Merriman puso fin a su holdout. Tras unos primeros años que apuntaban que este jugador podría ser una estrella, las lesiones, funestas compañeras de viaje de muchos jugadores, se han ido cebando con él hasta convertirlo en una sombra de lo que pudo haber sido. Se llegó a decir que si no llega a ser por que para la próxima temporada no hay tope salarial, Merriman probablemente habría sido agente libre no restringido. Vamos, que porque les sale barato, que si no los Chargers no contarían con él. San Diego intenta desde la temporada pasada encontrarle sustituto. La primera ronda del draft 2009, Larry English, se destinó a tal fin, pero está decepcionando. Entre Merriman (lo que le deje su estado físico), English, Jyles Tucker y Antwan Applewhite se cubrirá el puesto de outside linebacker derecho. Al lado izquierdo, el titular es Shaun Philips, un buen jugador cuya principal virtud es parar la carrera. Con todo, el punto fuerte de la unidad está en el centro. Stephen Cooper y Brandon Siler (en estos momentos con una lesión leve) son muy buenos jugadores, que además cuentan con buenos suplentes, sobre todo Kevin Burnett.

En la secundaria destaca la baja de Antonio Cromartie, protagonista en la última semana (joder, si hasta ha salido en el Marca) por su entrevista en Hard Knocks (programa-documental de la HBO sobre el training camp de un equipo NFL, este año los Jets), en la que no recordaba los nombres de los ocho hijos que tiene de seis mujeres distintas. Pues para algunos la baja no se va a notar demasiado, ya que su rendimiento últimamente no era el mejor. Con todo, sin duda afectará a la secundaria. El corner cuyo puesto de titular es más seguro es Quentin Jammer. Al otro lado, surgen las dudas. En principio, parte con ventaja Antoine Cason, jugador elegido en la primera ronda del draft de 2008, aunque no termina de convencer. Cason ha estado recientemente lesionado (levemente) y el ex Bear Nathan Vasher ha aprovechado su oportunidad en su ausencia estos días. Incluso el trotamundos Donald Strickland (5 equipos en 8 temporadas, eso es conocer mundo), que llega de los Jets, podría tener su oportunidad. En cuanto a los safeties, Eric Weddle y el novato de cuarta ronda del último draft Darell Stuckey parten con ventaja en el actual depth chart. Los suplentes Paul Oliver y Steve Gregory intervendrán en opciones defensivas orientadas a la cobertura del pase. Mediocridad en la secundaria.

Llegamos a los equipos especiales. A priori, un punto fuerte del equipo. Tienen a un muy buen retornador en Darren Sproles (jugador que por cierto me encanta, inolvidable el roto que les hizo a los Colts hace un par de temporadas en el partido de wild card), Mike Scifres es un excelente punter (que también les hizo un buen roto a los Colts en ese partido, dentro de lo que cabe para un punter) y si obviamos el partido de playoffs contra los Jets del año pasado, Nate Kaeding un gran kicker. Pero mira tú que los Chargers son eliminados de la carrera por el anillo en 2009 (bueno, ya era 2010, creo) por culpa de sus equipos epeciales. De Kaeding, en particular. Pierden el partido por 3 puntos después de que su kicker haga el peor partido de su carrera, con 0/3 conversiones de field goal, los mismos fallos que en 16 partidos. Esto es lo que mola del deporte, que siempre cabe margen para la sorpresa. Y esta es una de las muestras más claras de la importancia de un buen kicker, de los pichichis de la NFL. Enclenques y con pinta de pringaos, pero esenciales. A Kaeding le han traído a Nick Novak al training camp para meterle presión. Llega tras un año en blanco y en el último partido de pretemporada contra Chicago compartió patadas con Kaeding, aunque este conservaba la titularidad (que, supongo, todavía no está en duda). Hay que añadir también que San Diego debe mejorar la cobertura de punts, ya que fueron el segundo peor equipo en este aspecto de la liga el año pasado.

Como siempre terminamos hablando el calendario. Y este es un punto muy a favor de San Diego. Los Chargers, tomando como referencia los resultados de la temporada pasada, tienen el calendario más fácil de la AFC Oeste (normal, juegan 6 veces contra equipos flojos el año pasado y no juegan "contra ellos") y el tercero menos duro de toda la NFL. En principio, si fallan no será culpa del calendario.

Con todo y para terminar, creo que el ataque de San Diego, aun con las bajas y dudas que suscita, seguirá siendo temible y paliará en buena medida la mediocridad (o por lo menos la "no excelencia") de su defensa. Debe de ser más que suficiente para que se proclamen campeones de la AFC Oeste por quinto año consecutivo, pero genera muchas dudas de cara a su posible éxito en postemporada.


Oakland Raiders. Llegamos al equipo denominado por algunos que gustan de traducir los nombres de las franquicias al español como los Malosos de Oakland. La travesía del desierto después de su derrota en la Super Bowl contra Tampa Bay en 2003 está siendo muy larga. Tanto, que tienen un récord a tiro: acabar por séptima temporada consecutiva con 11 o más derrotas. Por suerte para la Raider Nation, no parece que vaya a ser así. Por una vez, han hecho las cosas más o menos bien en la offseason y los partidos de pretemporada han confirmado las expectativas optimistas de sus seguidores. Don Banks los ve como los grandes ganadores de lo que llevamos de preseason.

Pero tengamos prudencia porque estos son el Atlético de Madrid de la NFL. Tienen a su Jesús Gil particular en Al Davis; cuentan con una una afición colorida, peculiar y sufridora; las han pasado canutas en los últimos años; han tenido épocas pasadas de gloria; hacen fichajes sobrepagados que resultan desastrosos (¿JaMarcus Russell sería como el Tren Valencia? no, JaMarcus es aún peor); han tenido desgracias puntuales (Immaculate Reception, Tuck Rule) para poder hacerse llamar El Pupas (apodo inmerecido y absurdo, porque a casi todos los equipos les gustaría haber ganado tanto en su historia como el Atleti y los Raiders), etecé, etecé. El Atleti de la NFL.

Comparto la opinión de los que creen que han mejorado bastante las cosas por Oakland, aunque no tanto como para competir por el trono de la división. Vienen de muy abajo, no lo olvidemos.

La primera mejora evidente la encontramos en la posición de quarterback. No era difícil. Con librarse del lastre que suponía JaMarcus Russell han ganado ya mucho. Qué cancer de tío. Por suerte, Al Davis ha recobrado la cordura (o le han obligado a ello) y se han deshecho del orondo desecho. Tampoco es que Jason Campbell, que será quien lleve el mando del ataque, sea un QB de elite. Pero creo que es un jugador decente que en Washington no tuvo las mejores condiciones para trabajar. Bueno, quizá va de Guatemala a Guatepeor, porque no sé qué organización es más caótica, si la de los Redskins del Snyder de los últimos años o la de Al Davis. En cualquier caso, se trata de un quarterback digno. Y si falla, Bruce Gradkowski mostró el año pasado que como QB suplente puede hacer cosas interesantes. En su tierra natal lo demostró (me encanta la narración de Greg Papa):


El resto del ataque de Oakland no es para tirar cohetes, ni mucho menos. Carece de jugadores de elite y está plagado de gente muy joven todavía demasiado verde. Así, el receptor número uno del equipo es Darrius Heyward-Bey. Este será su segundo año en la NFL después de una primera temporada en la que no respondió a las expectativas de su elección en el séptimo lugar de la primera ronda del draft. Claro que también hay que puntualizar que Al Davis estaba hasta esta temporada especializado en elecciones "sorprendentemente altas". Heyward-Bey es uno de estos casos. De todos modos, no seamos impacientes. Algunos analistas consideran que el receptor número uno debería ser Louis Murphy, el jugador que protagonizaba con Gradkowski la jugada del vídeo anterior y que también encara su segunda temporada como profesional. Murphy debería competir con el teórico titular aunque proclive a las lesiones Chaz Schilens. Jacoby Ford y Johnnie Lee Higgins aportan profundidad a un cuerpo de receptores de pocas garantías. Así, el juego de pase dependerá mucho de las prestaciones del tight end Zach Miller, que probablemente será el principal destinatario de los pases de Campbell. Jason Campbell ya estaba acostumbrado en Washington a confiar en su tight end (Cooley), así que en Oakland más de lo mismo. Los suplentes, Brandon Myers, John Owens y Tony Stewart, a poner bloqueos.

La línea ofensiva es desastrosa. Concede demasiados sacks y no ayuda en demasiado a la carrera. Vamos, que si no proteges bien a tu quarterback ni abres huecos para el running back, el ataque lo tiene muy jodido. Y no es que vaya a haber una revolución en la línea de los Raiders para el año que viene. De los cinco titulares del año pasado repiten cuatro. El nuevo titular es Langston Walker, de quien lo que más puedo destacar es que es de Oakland (en la NFL es poco frecuente que un jugador nacido en una ciudad juegue para su equipo). Para no gastar demasiadas líneas más en el tema, baste decir que la línea de los Raiders ocupa el último lugar en la clasificación de offensive lines que hizo Yahoo! Sports en junio.

Como anticipaba, los Raiders tampoco tienen un buen juego de carrera. Con esa línea es difícil, pero los corredores tampoco ayudan. Leí hace poco que el desastre absoluto que fue JaMarcus Russell, un número 1 del draft, ocultó el mal rendimiento de otro jugador que fue un número 4, Darren McFadden. El dato que se da en la previa de Football Speech es demoledor: un solo touchdown en toda la temporada y 74 yardas en su mejor partido. Para echarse a llorar. Detrás de él estará Michael Bush, que sin hacer nada espectacular, rindió mejor que McFadden el año pasado. Rock Cartwright y Michael Bennett completan la nómina de corredores.

La conclusión es sencilla: QB decente + malos receptores + pésima línea + malos corredores = mierda de ataque.

En defensa las cosas no pintan tan mal. Empecemos por lo mejor después de apuntar el desolador panorama del ataque. Los cornerbacks. Bueno, "el cornerback". Nnamdi Asomugha. ¿Quién es el mejor corner de la liga, Asomugha o Revis? Yo no lo tengo tan claro. La respuesta en principio obvia es Revis, pero hay que ver al lado de quién juega uno y otro (el de los Jets está mucho mejor rodeado), que Asomugha lleva más años haciendo las cosas muy bien y que es capaz de hacer "más cosas" que Revis. De lo que no cabe duda es que se trata de un jugadorazo. Y, para desgracia de los Jets, que cobra una pasta. Claro, Revis ve que él cobraría poco más de 1 millón de dólares mientras Asomugha gana 15.2 y se considera mejor que Nnamdi. Gracias, Al Davis, dirán en East Rutherford. Dicen que en la escala de "retribución equitativa" hay los siguientes grados: infrapagado, justamente pagado, sobrepagado y AlDavispagado. Al otro lado está Chris Johnson, que es también un buen jugador. La secundaria titular la completan Tyvon Branch y Michael Huff, con Mike Mitchell y Hiram Eugene como sustitutos. Por si fuera poco, el rookie de séptima ronda Stevie Brown ha sorprendido positivamente en los dos primeros partidos de pretemporada, consiguiendo dos intercepciones y cuatro pases defendidos (líder de la pretemporada en estos apartados). Buena unidad, como prueba que fueran la séptima defensa contra el pase de la liga el año pasado. Eso sí, quizá que los Raiders fueran un chollo para el juego de carrera ha influido.

En el cuerpo de linebackers ha habido novedades que deberían de ser positivas. Oakland juega una 4-3, por lo que hay tres titulares. En el medio estará su primera elección del draft de este año, Rolando McClain. Deberá adaptarse a la 4-3 tras haber jugado una 3-4 en la universidad. A la derecha estará el defensive end reconvertido Trevor Scott, que deberá afianzar su puesto en pugna con Thomas Howard. A la izquierda, los Raiders se han hecho con Kamerion Wembley, procedente de los Browns, un buen pass-rusher (¿presionador al pase, debo decir?). No es la mejor unidad de la liga, pero no está mal y cuenta con jugadores prometedores.

La línea defensiva quizá es el punto más frágil. Los Raiders fueron la vigésimo novena defensa contra la carrera. Flojos. Sus líderes son Richard Seymour y el AlDavispagado Tommy Kelly. Este último consiguió un solo sack en toda la temporada pasada. Algunos veían a Seymour como el nuevo Reggie White, pero en la 4-3 no funciona (en la 3-4 de los Patriots sí) y los Raiders carecen de un nose tackle consistente para variar su esquema defensivo. Con todo, hay que apuntar que el novato Lamarr Houston está siendo otra de las sorpresas agradables de lo que va de pretemporada. Lleva dos sacks en su nueva posición de defensive end izquierdo.

Veo bastantes luces en la defensa. Buena secundaria y novedades esperanzadoras para frenar la sangría contra la carrera.

En cuanto a los equipos especiales, la parte buena, aunque cara, es que los que pegan patadas al balón son muy buenos, de los mejores de la liga. Sebastian Janikowski es un kicker que te cagas, y el punter, Shane Lechler, posiblemente el mejor de la NFL. En la parte mala, los retornadores, Rock Cartwright y Johnnie Lee Higgins, no son tan buenos.

El calendario de los Raiders es el más duro de toda su división. Si decíamos que el de los poderosos Chargers era el tercero más sencillo de la liga, el de los de Oakland es el décimocuarto. Aún así, creo que tienen unos cuatro primeros partidos ganables (Titans, Rams, Cardinals y Texans). Si lo hacen bien, ojo con ellos.


Kansas City Chiefs. Algunos creen que los Chiefs pueden ser el equipo revelación de la temporada. El tapado de todos los años. La verdad es que tendría mucho mérito, porque esta temporada hay muy pocos equipos con los que en principio no se cuente. Kansas City, que, como cada vez que los mento, recuerdo que no está en Kansas (Kansas City is not Kansas, remember), es la sede del Arrowhead Stadium, uno de los más ruidosos y animados de la NFL, aficionados inKansables. A mí estos me caen bien.

También creo que los Chiefs han mejorado en ataque y en defensa. Además, tienen jugadores bastante prometedores que pueden darles más de una alegría.

Ya comenté una vez que un aficionado de los Patriots (un poco pesado de más, todo hay que decirlo) me comentó el año pasado en Londres que Bill Belichick podría hacer de mí un quarterback titular en la NFL y de él una cheerleader. Esto viene a cuento por Matt Cassell. ¿Cuál es el Matt Cassel verdadero? ¿El que de la mano de Belichick completó una notable temporada 2008 o el que sufrió lo indecible el año pasado, en el que lanzó tantos touchdowns (16) como intercepciones y fue el vigésimo quinto QB de la liga en passer rating? Pues seguramente esté en un término medio, aunque si en los Patriots, con la protección y el cuerpo de recepción adecuados (ah, y el entrenador) fue capaz de hacerlo, con mimbres similares por qué no iba a poder hacerlo en Kansas City. Vale, existe lo que se llaman one-shot wonders (lo traducimos como ¿estrellas fugaces? ¿flor de un día?), pero no creo que sea el caso. Y es que Cassel tenía que estar más pendiente de las bestias que venían a placarlo que de los receptores que tenía abiertos, ya que le llegaban con suma facilidad. 45 sacks, nada menos, sufrió el año pasado. El suplente, Brody Croyle, lo hizo bien cuando tuvo oportunidad de jugar el año pasado. En definitiva, aunque los Chiefs no cuentan con un quarterback de elite (aunque cobra como tal), creo que el puesto está razonablemente bien cubierto.

Los Chiefs han mejorado el cuerpo de guardaespaldas de su quarterback. Aunque Wade Smith se ha ido a los Texans, se han traído a uno de los que cuidaba de Peyton Manning, el guard diestro Ryan Lilja. El otro guard titular será el veterano Pro-Bowler Brian Waters, mientras que al centro estará Rudy Niswanger (flojete), con el veterano Casey Wiegmann (traído de los Broncos) por detrás en la rotación. Los tackles (Branden Albert y Ryan O'Callaghan) tendrán que mejorar también su aportación. También hay que decir a favor de la línea que al igual que en el caso de los Packers, los problemas mayores llegaron a principio de temporada; en cuanto se conjuntó la línea titular, la protección al pasador y el rendimiento de la carrera mejoraron.

Si le dejan tranquilo, ¿a quién se la puede pasar Cassel? Pues no hay ninguna estrella, ni mucho menos, pero puede valer. Tiene a Chris Chambers, su objetivo favorito el año pasado, desecho al que recogieron cuando los Chargers le cortaron a mitad de la temporada pasada, y a Dwayne Bowe, que decepcionó la temporada pasada y deberá espabilar, porque si no el novato de segunda ronda Dexter McCluster le comerá la tostada. Por ahora, aunque decían que destacó en el training camp, Bowe no acumula ni una recepción en pretemporada. Jerheme Urban también esperará su oportunidad. En Lindy's Sports lo ven como el jugador que puede explotar de los Chiefs el año que viene. En la posición de tight end hay profundidad aunque ningún gran jugador. Leonard Pope Será el titular, aunque el novato de tercera ronda Tony Moeaki y Brad Cottam, que vuelve tras una grave lesión, deberían de tener sus oportunidades.

En cuanto al juego de carrera, los Chiefs tienen muy buenos corredores para hacer daño por tierra. Jamaal Charles mostró la temporada pasada que puede ser temible (1120 yardas; 5,9 por carrera), y a él se le une un enfurecido Thomas Jones tras haber sido cortado por unos Jets que prefirieron a LaDainian Tomlinson como socio de Shonn Greene antes que a un Jones que lo hizo muy bien el año pasado, siendo clave en el inesperado éxito de la franquicia verde. Yo de los Jets no me habría deshecho de Jones, que consiguió más de 1400 yardas de carrera el año pasado y es el único running back de la NFL junto con Stephen Jackson que lleva una racha de 5 temporadas consecutivas logrando al menos 1000. Charles correrá por fuera y Jones por dentro. Me gusta.

Pongámonos a la defensiva. La principal deficiencia (que no hándicap) de los Chiefs fue su defensa contra el pase. Siendo conscientes de ello, su primera elección en el draft (quinta general) fue el safety Eric Berry. Jarrad Page vuelve tras la lesión en el otro puesto de safety titular. Los corners estaban razonablemente bien cubiertos con los Brandons, Carr y Flowers, a los que se une Javier Arenas. Al negro. Ah, coño, si por esto no se diferencian (¿quién está más moreno, Javier Arenas o el infame presidente de la Federación Española de Baloncesto? ¿competirán entre ellos, como el Papa y el presidente de Chipre en altura? --leed El Mundo Today, es la polla--). Digo que al del PP no lo han fichado, sino al cornerback novato (tercera ronda) de la universidad de Alabama. Buena gente por las esquinas, y con la llegada de Berry la secundaria debería mejorar. A ver si es verdad.

Los linebackers exteriores, Mike Vrabel y Tamba Hali cumplieron el año pasado, aunque los Chiefs necesitan más de ellos para ser competitivos. Hali es el mejor (y casi único) pass rusher de Kansas City, aspecto (la presión al pasador) en el que deben mejorar para ser competitivos. Por dentro, Demorrio Williams y Corey Mays (reguleros) partían como teóricos titulares, aunque Derrick Johnson y Jovan Belcher parece que por el momento les han tomado la delantera. Ellos son el futuro. Lo dicho, necesitan mejorar.

Terminamos la defensa con los tres de la línea. Los titulares de inicio, de izquierda a derecha, son Tyson Jackson, Ron Edwards y Glenn Dorsey. Edwards despierta dudas sobre su capacidad como nose tackle, puesto a donde quizá muevan a Dorsey. Sin embargo, Jackson promete y, por detrás de ellos, Shaun Smith y Alex Magee son jugadores prometedores. Ni fu ni fa.

Por último, en cuanto a los equipos especiales, tienen un buen kicker (Ryan Succop, a pesar de que ha despertado alguna duda en estos días de pretemporada) y punter (Dustin Colquitt). Para los retornos, veremos a Javier Arenas, el negro, es decir, el del PP no. Los equipos especiales, pues, buenos.

Por último, el calendario es más duro que el de Broncos y Chargers, aunque relativamente asequible, el décimo más fácil de la liga. Empiezan duro, en casa contra San Diego, luego van a Cleveland, y se empina la cuesta contra San Francisco e Indianapolis. No es el inicio más fácil, deben aprovechar el partido contra los Browns.

Espero una mejora por Kansas City, aunque todavía insuficiente para luchar con los Bolts por ganar la AFC Oeste. Espero que por lo menos hagan ruido, como sus aficionados.


Denver Broncos. Josh McDaniels está como una puta cabra. Si en los Raiders y en los Chiefs decía que la offseason había servido para que creciesen las esperanzas de sus aficionados, en Denver sucede lo contrario. Hace no mucho, cuando se habían disputado seis partidos de la temporada 2009, los Broncos lideraban la AFC Oeste con un sorprendente balance de 6-0. Desde ese momento van de culo, cuesta abajo y sin frenos. El loco de McDaniels ha propiciado una serie de extraños movimientos que no sé si darán algún resultado bueno (hola Quinn y Tebow, adiós Marshall).

Espero un año duro para los aficionados del equipo de la milla de altitud. Aunque espero que a los locos que vayamos a Londres en 31 de octubre nos brinden un buen partido (aprovecho para animar a todo el que pueda permitírselo que vaya, no os arrepentiréis; fijaos si está bien que el año pasado el partido sí fue una puta mierda, los Patriots arrasaron a los Buccaneers, pero nos lo pasamos tan bien que repetimos; además, los Bucs consiguieron que dos personas --que pronto serán tres, enhorabuena-- se hicieran fans suyos), me da que el año puede ser para olvidar.

Me comunican que falta un poco de música. Que no falte, por favor. La versión que hace Gluecifer de Surrender, de Cheap Trick, es la hostia:



Lo del puesto de quarterback no hay dios que lo entienda. Tenían a un Kyle Orton que dentro de lo que cabe no empezó mal (aunque se fue diluyendo según avanzaba la temporada) y en vez de apostar por él, primero, fichan a Brady Quinn, que sin ser ninguna maravilla (no lo es) es una mosca cojonera que como poco va a tratar de competir con Orton. No es el mejor modo de mostrar a un quarterback que confías en él. Y por si fuera poco, una de las elecciones más sorprendentes en un draft, la de Tim Tebow en primera ronda. Se ha escrito tanto del tema que no voy a aburrir más. La cuestión es que hay tres gallos en el corral de quarterbacks de los Broncos, aunque ninguno de ellos es uno de los mejores de la liga. Yo aBroncaría (qué chispa) a McDaniels por ello.

Como adelantaba, en el apartado de receptores han perdido a Brandon Marshall, un jugador estelar que tenía el defecto de llevarse a matar con McDaniels. Los Broncos lo mandaron a Miami a cambio de una segunda ronda. Incomprensible. Luego los Broncos se vieron obligados a cubrir la baja con su primera elección del draft (no me refiero a Tebow, aunque la elección de este lo haya ensombrecido), Demaryius Thomas. Jabar Gaffney es un buen receptor, muy inspirado al final de la temporada pasada. Eddie Royal también deberá dar un paso adelante para cubrir la ausencia de Marshall. Y es que en Denver el tight end titular, Daniel Graham, no se caracteriza por sus recepciones, sino por los buenos bloqueos que pone. Hay mimbres pero son peores que los del año pasado. Marshall es mucho Marshall.

En cuanto a los corredores, Knowshon Moreno encara su segundo año tras una primera temporada correcta, sin más. 3,8 yardas por carrera, sólo dos carreras de más de 20 yardas y ningún partido de más de 100 yardas no es lo que esperas de una potencial estrella como se creía a Moreno. Darrell Buckhalter ejerció bien su papel de complemento de Moreno, y la llegada de JJ Arrington, que a ver cómo está de salud, les aportará profundidad en la carrera. Muy buenos mimbres, diría yo. Eso sí, como Moreno no espabile, los de la milla de altura tendrán que preocuparse.

Denver ha reforzado bastante la línea ofensiva en el último draft, señal inequívoca de que hay necesidades en el puesto. Un guard, Zane Beadles (segunda ronda) y dos centers, J.D. Walton y Eric Olsen (tercera y sexta ronda, respectivamente). Los dos primeros parece que serán titulares. Eso sí, la mayoría de análisis coinciden en que la mejor pareja de offensive tackles jóvenes de la liga son los Ryans, Clady y Harris. La pérdida de Harris por lesión fue devastadora para Denver la temporada pasada, mermando significativamente el juego de carrera que les había ayudado a empezar 6-0. Este año el que empieza lesionado es Clady. Se fastidió la rodilla jugando al baloncesto y es dudoso que llegue a la primera jornada. Su primer entrenamiento lo completó el pasado martes. Estamos, pues, ante una línea relativamente sólida aunque sus lesiones e inexperiencia generan bastantes dudas.

[inciso: mientras estoy escribiendo, tengo puesto el Patriots-Rams en una ventanita al lado. En la primera jugada, retorno para touchdown del Patriot Brandon Tate, espectacular]

En la defensa, la terrible noticia es la pérdida por lesión de Elvis Dumervil para probablemente toda la temporada. El linebacker fue el que más sacks consiguió la temporada pasada. Es una pérdida devastadora para la defensa, que se queda sin la mayor amenaza para el QB rival. D.J. Williams, por dentro, es un muy buen jugador que deberá crecer aún más para paliar la ausencia de Dumervil. Ahora mismo Williams también anda con molestias, y es dudosa su participación en el próximo bolo de pretemporada. Robert Ayers (primera ronda el año pasado) y Mike Haggan deberán crecer por fuera, y el trotamundos Akin Ayodele completa el equipo titular por dentro.

De los tres del frente defensivo preocupa su excesiva veteranía. Ronald Fields, Jamal Williams (recién llegado de San Diego) y Justin Bannan (recién llegado de Baltimore) parecen una línea suplente de lujo; el problema es que es la titular. Bueno, es probable que Ryan McBean juegue en vez de Fields como left end. Los Broncos dependerán mucho de que los veteranos conserven su salud. Si no, pueden sufrir.

En la secundaria pasa algo parecido a lo que comentábamos con la línea. El titular más joven tiene 31 años. Champ Bailey sigue siendo un gran corner, pero claro, cada vez menos, cada vez los quarterbacks contrarios tienen menos miedo a lanzar donde esté él. Andre' Goodman es otro buen y veterano corner. En la posición de safety, destaca la llegada de Brian Dawkins, que con Renaldo Hill completan una secundaria muy sabia, pero muy vieja. Eso sí, en la medida en la que conserven su salud (creo que ya había utilizado estas palabras), serán una muy buena línea de presente.

[empataron los Rams, muy buen drive de Sam Bradford y Steven Jackson]

En los equipos especiales nos encontramos a Eddie Royal como un retornador temible. El kicker Matt Prater se está convirtiendo en un jugador bastante fiable, mientras que el rendimiento del punter novato Britton Colquitt resulta una incógnita.

Finalmente, el calendario de Denver es el segundo más fácil de la división, noveno de la liga. Inicio relativamente sencillo, ante Jacksonville y Seattle. Si empiezan bien, que nadie lance las campanas al vuelo. El año pasado empezaron 6-0 y no llegaron a postemporada. La fecha clave, para muchos, el 31 de octubre, cuando los podremos ver en Londres.

Mi absurda predicción final. Los Chargers ganan la división con relativa comodidad. Los Raiders quedan segundos aunque bastante igualados con los Chiefs. Los Broncos son últimos con no pocos pollos internos.

Tengo que acabar las absurdas predicciones antes de que empiece la temporada. Ya solo quedan dos. Las escribo mientras me preparo para que Carlos Suárez me aseste la enésima puñalada por la espalda. Otro traidor. La misma puta mierda de siempre.

martes, 17 de agosto de 2010

De vuelta

El football está de vuelta. No realmente, porque lo que hemos podido ver este fin de semana y el pasado no es todavía NFL de verdad. Yo también estoy de vuelta de vacaciones. No realmente, porque me queda todavía una semanita antes de la fatídica vuelta al curro. Pero estoy de vuelta al blog tras una semana de desconexión en Nueva York, así que aprovecho para escribir sobre una serie de temas al hilo de mi visita a los States.

Para ambientar esta alegre entrada, porque la NFL está de vuelta y yo sigo de vacaciones, aunque "going back to España", The Mockers y su Mola, guay, OK, que comienza con la frase entrecomillada anterior.



Como había comentado en un artículo anterior, mi fecha de vuelta de NYC coincidía con el primer partido de football en el New Medowlands Stadium entre Jets y Giants. Una putada habérmelo perdido, pues aunque no sea un partido de verdad, anda que no tiene que molar estar ahí para conocer el estadio y el ambientillo. Una pena, me perdí imágenes como esta:


Ganaron los Giants, pero eso es lo de menos. Y es que en pretemporada lo importante, por este orden, es evitar las lesiones, que tus titulares cojan forma y se acoplen, y confeccionar definitivamente la plantilla. Por eso los titulares apenas juegan un par de posesiones; la mayoría del tiempo de los partidos de pretemporada está protagonizado por segundas, terceras, cuartas y enésimas unidades, por muchos jugadores que no integrarán el roster del equipo durante la temporada y que precisamente en esos partidos es cuando deben ganarse su derecho a integrar el depth chart.

Que nadie se alarme si su equipo pierde en pretemporada. Hombre, no voy a negar que me preocupó ver que los Packers perdían contra los Browns en Lambeau Field, también cuando estaban los titulares, aunque el partido de Rodgers fue de nuevo estelar (12/13 pases, 159 yardas), no tanto el de la defensa, y encima Ryan Grant sufrió una conmoción tras un golpe. Pero, como decía, que nadie se alarme salvo que alguien importante en su equipo se lesione. Leía el otro día que desde 2001 el equipo con menos victorias en pretemporada si descontamos a los Texans (que se fundan en 2002) son los Indianapolis Colts, el equipo con más victorias en partidos oficiales durante el mismo periodo. Siguiendo la tradición, los Colts han sido apalizados por los 49ers en el primer partido de pretemporada (el pésimo QB que es Curtis Painter ayuda mucho a ello). Pues eso, que no cunda el pánico ni la euforia, que los resultados de pretemporada no indican demasiado.

Eso sí, estos partidos sirven para que desconocidos jugadores se ganen su puesto en la plantilla. A ellos les va la vida. El primer desconocido en mostrar sus capacidades y, seguramente, ganarse un puesto en el roster, es Victor Cruz. La primera estrella de pretemporada. En el primer Monday Night Football del año jugado un lunes, en la inauguración del New Meadowlands Stadium, este novato que ni siquiera fue drafteado, que juega de wide receiver, consiguió 3 touchdowns en 6 recepciones, para un total de 145 yardas, incluyendo una increíble recepción a una mano que podéis ver a continuación (el vídeo está pillado de YouTube, así que es probable que se retire en breve, ya que la NFL es especialmente celosa de que no se cuelguen vídeos no autorizados en esa página):



Del resto de partidos de pretemporada, os paso el enlace al resumen de lo más importante (dentro de lo que cabe) que ha pasado en la primera jornada según Shutdown Corner.

No sé si tiene mucho sentido que os cuente de qué se hablaba más por los States en relación con la NFL. Hoy en día todos tenemos Internet (desde luego, todos los que estáis leyendo esto) así que con meteros en la webs de la ESPN o de Sports Illustrated ya sabréis cuáles son los temas más candentes. Esto es, el hold out de Darelle Revis, el mejor cornerback de la liga, que podría perderse toda la temporada a voluntad propia por no estar de acuerdo con las condiciones actuales de su contrato (sobre el tema de los hold outs y lo mal que me parecen estas actitudes de los jugadores, por muy mal pagados que estén, ya escribiré un artículo separado), que Haynesworth ya ha pasado las pruebas físicas de los Redskins y que ahora está contento con la defensa 3-4 que propone Shanahan, un poco de Favre (muy poco, por suerte) y no mucho más, pretemporada aparte.

Sí que me gustaría comentar dos cuestiones ajenas al deporte en sentido estricto. La primera es que fui a varias librerías y quiscos a curiosear las revistas sobre NFL que tenían. Fundamentalmente buscaba las previas de la temporada que comienza en breve. Pues bien, para mi sorpresa, era casi imposible encontrar una previa de la liga. Sin embargo, había chorrocientas revistas sobre fantasy football. No exagero cuando digo que había al menos quince revistas sobre fantasy en cada establecimiento, en Barnes&Noble, en los quioscos de la calle, en el aeropuerto... de todo menos análisis del deporte en sí. Ya escribí sobre las dimensiones de los deportes fantásticos en los Estados Unidos, pero esto es demasiado. La fantasía se está comiendo a la realidad, por lo menos en los quioscos. No me mola nada, la verdad. Imposible encontrar la ESPN Magazine, pero en ningún sitio falta la revista sobre fantasy football de la ESPN.

La segunda cuestión que quería comentar tiene que ver con las compras. Nueva York es la ciudad del gasto por excelencia. Una máquina de succionar el dinero que llevas en los bolsillos. La NBA y la NHL lo han entendido y han montado sus tiendas, con todo tipo de artilugios de todas las franquicias de las respectivas ligas (de unas más que otras, evidentemente). No existe nada similar sobre la NFL. Una pena. Entiendo que la NFL no tiene la proyección internacional de las ligas de baloncesto o del hockey, donde abundan los deportistas extranjeros y existe competición profesional más allá de Norteamérica. A pesar de eso, creo que deberían imitar la idea. Seguro que iba a tener mucho éxito, con tanto turista dispuesto a dejarse sus ahorros en souvenirs típicos de los Estados Unidos. Casualmente encontré la tienda oficial de los Jets, casi escondida en unos soportales de la calle 50 entre Madison y Park Avenue. Una tienda bastante pequeña, aunque con el espacio bastante bien aprovechado. Muchos jerseys, aunque no encontré el que buscaba, el throwback de los Titans of New York ("de todo" no se puede decir que tuviese la tienda). No vi nada igual de los Giants. Podías encontrar camisetas y merchandising en tiendas de deportes o de recuerdos típicos neoyorkinos, pero no había (o yo no la encontré) tienda oficial. Los Yankees y los Mets también tenían las suyas. Goodell, ya estás tardando en abrir la NFL Shop en Manhattan. Ah, en la tienda de la NBA tenían muchas camisetas de Sergio Rodríguez, el que acaba de pasarse al reverso tenebroso. No de las camisetas de juego, sino de las de manga corta típicas que imitan el uniforme de los equipos. A 25 dólares. Las va a comprar Rita, ya las pueden quemar porque dudo que nadie dé un duro, mejor dicho, un nickel por ellas. Ahí las podéis ver (no pude evitar sacarles una foto para reírme un poco).


Termino con unas recomendaciones ajenas a lo footballístico. Las mejores hamburguesas, las de PJ Clarke's, sitio que recomiendo encarecidamente. Está en la Tercera Avenida, esquina con la calle 55. Nos habían dicho que eran las de JG Melon, pero no es así (aunque la tarta de queso de este último sitio era cojonuda). Mucho mejor las hamburguesas de PJ. Para tomar algo (beber, nada de comer) en un ambiente rockandrollero, el Manitoba's, el bar del cantante de los Dictators. Está en Avenue B, en el Alphabet District, entre la calle 6 y la 7. Ah, y una recomendación negativa: aunque está muy de moda, no vayáis al Spice Market, en Meatpacking District. Es un restaurante pijo y caro, que hace cocina-fusión asiática. Es una mierda, aunque muy cool, eso sí.

Nada más, ya que estoy de vuelta lo próximo serán las absurdas predicciones de la AFC Oeste (a ver si esta vez sí).

jueves, 5 de agosto de 2010

La misma piedra

Conoceréis el requeterrepetido dicho de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Yo soy de esos animales. ¡Seré gilipollas!

Si es que soy de una ilusión (cualidad del iluso) desbordante. Este año no iba a suceder otra vez. Era obvio: Favre iba a seguir en los Vikings. Tiene contrato en vigor (lo tiene, volveré sobre esto más tarde) y aunque todos sospechábamos más o menos que iba a marear la perdiz, me había prometido hacer caso omiso a los rumores, porque su vuelta era segura. Y he vuelto a caer, cómo es posible.

Resulta que cuando por tercer año consecutivo Brett Favre (a quien no le viene mal el calificativo de impresentable, porque no se presenta a un training camp ni a palos) anuncia* su retirada, voy y me lo creo. ¿Anuncia? No, no anuncia. Por eso el asterisco. Esta vez lo hizo mucho mejor. Él no dijo públicamente nada. De eso se encargó la prensa. El primero, un periodista del Minneapolis Star Tribune; de ahí, a Associated Press (AP), y cuando AP da la noticia, portada en todos los medios. Breaking news, noticia principal de portada, el mundo del football se para. Adiós a una leyenda, a un hall of famer, al jugador que tiene todos los récords.

Ayer publiqué una breve aunque sentida entrada sobre el tema. Pienso "esta vez sí, cómo va a volver a hacer lo mismo por tercer año". Si Sports Illustrated lo da como cierto, tiene que serlo.

Nah, que nos la ha vuelto a jugar. Se ha vuelto a reír de todos nosotros, los ilusos.

Ninguna canción más adecuada que Liar para ambientar esta entrada. Una canción cojonuda de los Sex Pistols, aunque no es de las más conocidas.



Favre es la piedra en la que tropezamos una y otra vez. El hastío, el cansino de todas las pretemporadas. La misma mierda de siempre. Hablando de piedras, hablemos de Pedro, que son palabras relacionadas. La piedra se convierte en Pedro. Pedro y el lobo. Ya se ha anunciado la venida del lobo tres veces. Quién sabe cuántas más veces se hará. Cuando venga de verdad, nos cogerá de improvisto, ignoraremos la advertencia. Y eso es lo que se merece Pedro, por pesado. Pesado, pesado, pesado.

Ya nadie le cree. Yo me creí la noticia, pero la mayoría no lo hizo. Decía ayer, nada más saltar la noticia, Kevin Seifert, de la ESPN, que no se merece que nos fiemos de él. Poco se equivocaba. Arreciaron las encuestas. ¿Cuándo te lo creerás? Cuando empiece la temporada, a la sexta semana, nunca... Peter King decía que la clave sería después de la semana de descanso de los Vikings. Las opiniones de jugadores y entrenadores contrarios eran para partirse de risa. Una buena muestra de la credibilidad que le queda a Favre. En este enlace tenéis un top 10 de las mejores citas. Me quedo con lo que decía Urlacher: "Not coming back to training camp?"

En vista de los desmentidos de hoy (¿no podía haberlo dicho antes? ¿necesitaba un nuevo baño mediático?), volvemos al punto en el que estábamos antes de ayer. El punto en el que todos sospechábamos que se iba a saltar el training camp y llegaría justo para debutar en la primera jornada de la temporada regular.

Hay una cuestión que me hace creer que no era una patraña de la prensa: Shiancoe dijo ayer, al terminar el entrenamiento, que varios compañeros habían recibido mensajes de texto en sus teléfonos móviles en los que Favre comunicaba que se retiraba. Espero que se aclare esta cuestión. Hoy Favre dijo que él no envió tales mensajes. Entonces, se le dijo que Shiancoe había dicho que sus compañeros sí habían recibido esos mensajes. La contestación de Favre: "Shank, that's why I love him ... all right guys I gotta go" (traducción: "Shank, por eso le quiero... vale chicos, me tengo que ir"). Qué bien.

Lo que no se puede negar es que Favre es un maestro de los medios de comunicación. Cómo los maneja para conseguir el mayor impacto posible. Cómo siembra la alarma entre la población. Orson Welles es un principiante a su lado. Welles lo consiguió con La guerra de los mundos micrófono en mano, Favre lo ha hecho en la tercera entrega de su retirada sin micrófonos con una maestría inigualable. En fin. Hasta los cojones, oiga.

Algunos le defenderéis, probablemente con razón, y diréis que él no tiene ninguna culpa, que no ha hecho nada (siempre que los dichosos mensajes de texto nunca existiesen). No. Primero, por no haber desmentido antes la no-noticia. TODO EL MUNDO le estaba llamando, todos los medios buscaban confirmar la noticia. Silencio por respuesta. Hasta hoy, cuando el monstruo informativo ya era lo suficientemente grande. De la nada, tenemos la historia más comentada de la offseason (realmente estamos en la preseason, eso de lo que él está exento). No creo que sea una actuación negligente, sino plenamente consciente.

En segundo lugar, Favre no está haciendo lo que debe. Favre es un jugador CON CONTRATO EN VIGOR con los Vikings para la temporada que viene. Un trabajador con un sueldo de (hasta) 13 millones de dólares por 12 meses. Entre las pocas obligaciones que tenía, estaba acudir a actividades organizadas por el equipo (organized team activities). Subrayo que es una obligación. Y no fue. La otra estrella del equipo, Adrian Peterson, tampoco. El entrenador mostró su enfado públicamente por la ausencia de Peterson. ¿Y Favre? No, ese es especial. ¿Especial? ¿Por qué? ¿Se recuperará mejor de su lesión en su casa, haciendo lo que le dé la gana, en vez de donde esté su equipo? ¿Le viene mejor dar pases con los jugadores del instituto de su pueblo, en vez de hacerlo con los Vikings, con los que tiene contrato, los que le pagan, bajo la supervisión de los médicos de la franquicia? Claro que no. El comportamiento del jugador es de un divismo y falta de profesionalidad increíbles. Donde debe estar es en el training camp de Minnesota. Así se acaban los rumores. En tal caso, sí que la culpa sería exclusivamente de la prensa.

Claro, es complicado. Favre ha sido tratado como un dios durante toda su carrera. Tenía a todo un pueblo (Green Bay no llega a ciudad) a sus pies. Una leyenda, venerado incondicionalmente por la afición de un equipo histórico. Normal que se te suba a la cabeza. Normal que te creas que puedas hacer lo que te dé la gana. No cabe duda de que, de hecho, puede, porque Brad Childress no le va a reprimir lo más mínimo. Otra cosa es el juicio que merezca esa actitud. Para mí, totalmente deplorable.

Más grave (aún) me parecería que el motivo de todo este circo sea el que comentaba hoy Pat Kirwan, analista de NFL.com: el dinero. Que Favre quiere más. Cómo va a tener el rookie Sam Bradford un contrato de 50 kilos garantizados y él tan poco. Y qué mejor forma de que Minnesota suba su oferta que meterles el miedo de que Brett no vuelve. Adiós anillo. Ofrezcámosle más. Ya lo han hecho. Se dice que el contrato que le ofrecen es de 20 millones garantizados más incentivos. Otros replican que la decisión nada tiene que ver con el dinero, se trata exclusivamente de una cuestión de salud. Ya, pero entretanto te suben el sueldo. Otra sombra más en esta truculenta historia.

He terminado con Favre, voy a por los periodistas. Entiendo que el periodismo es un negocio y que si los clientes no adquieren sus productos, la empresa se va a pique. Lo entiendo. Las noticias son los productos que vende el periodista. Y como en todo producto, la presentación estética influye en las ventas. Todas las empresas procuran que sus productos sean lo más atractivos para el cliente. En periodismo, ese atractivo se consigue con la redacción, sin más. Y claro, no se vende igual una noticia que diga "el jugador X está cerca de llegar a un acuerdo con el equipo Y" que otra que diga "el fichaje de X por Y, cerrado". La segunda vende mucho más. Y como además posiblemente vaya a ocurrir, se presenta así. A tomar por culo. Es una mentira, pero da igual. ¿Os suena leer, hace semanas, "el fichaje de Khedira, cerrado por el M****"? A que sí. Pues el fichaje se cerró semana y media después del anuncio. Ergo la noticia era falsa, una mentira. Lejos de rectificar, el medio que emite la noticia falsa presume de ello: "como adelantó *****, Khedira fichado". Vergonzoso. Como consumidor de noticias, quiero que me cuenten la verdad. Y si falta una firma, un contrato no está cerrado.

En Estados Unidos suelen ser bastante más serios que en España con estas cuestiones. Los rumores se publican como tales y los fichajes no se dan por cerrados hasta que se firman. Eso sí, anda que no se difunden rumores falsos. Innumerables. Pero sabes que son eso, rumores. No te dicen "Villa fichado por el M*****", sino "hay un rumor de que Villa y el M***** están cerca de llegar a un acuerdo". Vamos, que te cuentan lo que está pasando. En este caso, no aplicaron tales estándares de veracidad.

En el caso de Favre el tema se las trae. Ni escuchándole a él puedes creértelo, como se vio ya dos veces, menos aún cuando quien habla es un tercero. Pues no. El lumbreras del Minneapolis Star Tribune, que es de donde nace la mentira, y a continuación AP, dan la noticia de la retirada como una certeza. Y la bola de nieve no hace más que crecer y crecer.

Entiendo que es difícil, porque sin vestir el muñeco se hace más complicado vender algunas noticias en el periodismo deportivo, pero cuánto me gustaría que se contasen las cosas "tal y como son", no "tal y como probablemente vayan a ser".

Bueno, creo que ya he hecho suficientes amigos por hoy.

Voy a intentar no volver a escribir sobre este tema jamás, que me tiene harto. Supongo que a muchos de vosotros también.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Mis absurdas predicciones: AFC Norte

PREVIO: ante la espeluznante noticia de la retirada de Favre (o no noticia, porque cada minuto que pasa crece en mí la idea de que estamos ante la misma mierda de todos los años, y ya cansa), publicar esto hoy tiene poco sentido. Lo publico porque lo tenía ya prácticamente listo. Tened en cuenta que el 90% del siguiente texto se redactó antes de que saltase la noticia-rumor. Bah, no sé para qué digo esto, si las predicciones de la AFC Norte no iban a variar.
* * *

Qué poquito queda para que esto vuelva a empezar. Los training camps, los entrenamientos de verdad, ya han comenzado. Rebosan las noticias sobre quién lo está haciendo bien, quién todavía no está, cómo se adaptan los nuevos... Y dentro de muy poco empezamos con los sucedáneos, los partidos de pretemporada, que se inician el 8 de agosto en Canton, sede del Pro Football Hall of Fame, con un duelo entre pseudoBengals y pseudoCowboys. Tras cuatro fines de semana de metadona, empezará la droga dura con una dosis fuerte el jueves 9 de septiembre: Saints-Vikings. Lo dicho, esto va a empezar ya. Id tomando posiciones.

Retomamos las absurdas predicciones con la AFC Norte. Qué bien ha venido la pausa para discutir de otros temas más filosóficos. Así ha dado tiempo para que el análisis contemple la última gran noticia en la NFL [la última gran noticia cuando escribía eso, ahora está claro que la (posible) noticia es otra]: el fichaje de Terrell Owens por los Bengals. Ya lo comentaremos más adelante, pero este ha sido el último de los grandes titulares que ha dejado la AFC Norte durante la offseason, y no han sido pocos: Owens, Roethlisberger, Boldin y Holmgren son probablemente los nombres propios de las franquicias del noreste en la no-temporada.

La AFC Norte, la antigua Century Division. La única división de la AFC en la que ninguno de sus miembros formó parte como fundador en la AFL (aunque los Bengals fueron franquicia de expansión en el 68). Bah, dato irrelevante, que no dice nada, quizá debería haberlo omitido.

Voy con el tema geográfico, que sabéis que me interesa: ninguna división está tan concentrada como la AFC Norte. Entre las ciudades más lejanas, Baltimore y Cincinnati, hay solo 812 km de carretera, que para los Estados Unidos no es nada. Y vaya usté a saber por qué, los vecinos tienden a odiarse. Así es el ser humano. Si esa cercanía física no fuese suficiente como para generar rivalidades, la historia se ha encargado de avivarlas.

La música la ponen los New Bomb Turks, banda de Columbus, Ohio, a medio camino entre Cincinnati y Cleveland. Automatic teller.



Huele a odio en la AFC Norte: entre Browns y Bengals porque son los dos equipos del Paul Brown, el que lleva su nombre y el que fundó no sin rencor; entre Browns y Ravens porque Art Modell se llevó la franquicia a Baltimore, aunque el nombre y el palmarés se tuvo que quedar en Cleveland; entre Steelers y Browns o Bengals porque son ya muchos años de batallas, en las que los de Pittsburgh han llevado las de ganar la mayoría de las veces. Y, sin embargo, puede que a día de hoy la rivalidad más violenta y encarnizada sea la de Steelers y Ravens, que aunque carecen de vínculos históricos comunes, han disputado choques plagados de rudeza innecesaria en los últimos años. Un ejemplo, los greatest hits (nunca mejor dicho) de la final de la AFC de hace un par de temporadas:


La AFC Norte es otra división de pronóstico complicado, en la que sólo un equipo parece descartado: los Cleveland Browns. Cualquiera de los otros tres podría ser campeón de la división. La temporada pasada los Bengals sorprendieron a todo el mundo al proclamarse campeones de la AFC Norte. Yo no daba un duro por ellos. En una división en la que estaban los campeones de la NFL y el finalista de la AFC, casi nadie apostaba por la franquicia de Cincinnati, que venía de una temporada mediocre. Este año tampoco apuesto por ellos. Si no fuera por que Roethlisberger estará ausente durante los cuatro primeros partidos, apostaría por los Steelers. El año pasado con Polamalu otro gallo cantaría, estoy seguro. Y si, además, no hubiesen traspasado a Santonio Holmes, no tendría dudas sobre su victoria. Pero Holmes está en los Jets y Big Ben no estará al menos durante los cuatro primeros partidos. Todo lo anterior, unido a que los Ravens, que ya eran un muy buen equipo, se han reforzado bien en la offseason, me hace ser poco o nada original y apostar por la franquicia de Baltimore. Digo poco o nada original porque muchos apuestan por ellos no solo como vencedores de la división, sino como favoritos en la AFC, apuesta de moda junto con la que dice que vencerán los Jets. Ya veremos, que las cosas han empezado mal para los Ravens con la baja del cornerback Dominique Foxworth para toda la temporada, precisamente en su línea más débil. Ah, las lesiones y la suerte, que hacen que toda predicción sea más o menos absurda...

Al lío.


Baltimore Ravens. Como blog que es esto, aquí debe leerse mi opinión personal. Y la doy: los Ravens me caen mal. En primer lugar y por encima de todo, por Art Modell. Sé que en Baltimore han sido víctimas de un expolio, el de sus Colts, pero la gente de Cleveland no tiene la culpa. Estos Ravens son unos Zombie Browns. Su fundación no es un motivo de orgullo, sino más bien de vergüenza. Y el malo de Art sigue siendo el dueño. El mismo que asestó la enésima puñalada a la ciudad de Cleveland. Mal tipo, por muy bueno que sea en los negocios. En segundo lugar, ese nombre. Encima de que la franquicia se crea despojando lo que pueden de unos Browns ya muertos, le ponen nombre de ave carroñera. Sé que el origen del nombre es lírico, ya que hace referencia al poema The raven de Edgar Allan Poe (la mascota de los Ravens se llama Poe, eso sí que me mola), pero cómo se les ocurre llamar así a la franquicia. Un cuervo, qué imagen tan desagradable. Mal. El tercer motivo por el que los Ravens no me caen bien es, digamos, su filosofía. Ray Lewis. Y no lo digo por su (no) implicación en el caso de asesinato por el que se le investigó. Es su aspecto. Ray Lewis es de los malos. Sólo hay que verle. Intimida, algo que dicho de un linebacker es un elogio, pero demasiado. Tanto, que me da mal rollo. Y esa filosofía, personificada en Ray Lewis, se plasma en un juego poco vistoso. Cuando voy a ver un partido de Baltimore no pienso "menudo espectáculo que me espera" sino que lo que espero es un partido áspero, duro, con una defensa muy sólida, con la carrera minando al rival y, casi siempre, un muermo. Habrá quien diga, no sin razón, que lo que he descrito en la frase anterior (salvo lo del muermo) es la esencia del football. Es verdad, pero también es contra lo que lleva luchando, contra el criterio de los más puristas, la NFL durante bastantes años. Supongo que esa lucha tiene como fin que gente con poco gusto como yo disfrute más de la NFL.

Seguramente los motivos serán absurdos, pero lo tenía que decir, los Ravens me caen mal. Que ningún aficionado Raven se ofenda, es lo que hay. Todos tenemos equipos que nos caen mal. Y a pesar de ello reconozco que son los favoritos de la AFC Norte. Predigo absurdamente que son campeones de división. Analicemos la plantilla para ver por qué tanto favoritismo.

El mando del ataque lo lleva un quarterback todavía en progresión. La próxima será su tercera temporada. En su año de rookie, se queda a las puertas de la Super Bowl. En el segundo, cae en la divisional round de los playoffs contra los Colts de Manning. Y a pesar de sus logros, a mí es un tío que no me termina de convencer. Me parece un jugador gris, demasiado frío. Como los Ravens en ataque. Un equipo correcto, sin más, que hace lo que debe pero que no nos deja "fuegos artificiales". Algunos predicen que la próxima será la temporada de explosión de Joe Flacco. Que hasta ahora sus socios para el juego de pase no han sido espectaculares. No sé. De todos modos, los Ravens ya demostraron en 2001 que son capaces de ganar la Super Bowl sin un quarterback estelar. Tanto, que nada más ganar la Super Bowl los Ravens se deshicieron de Trent Dilfer, único quarterback titular que recién ganado el anillo es cortado por su equipo. Pero la NFL ha cambiado desde entonces. Hoy hace falta un quarterback capaz de generar los fuegos artificiales de los que hablaba más arriba.Obviamente Flacco es mucho mejor que Dilfer. No tienen nada que ver. Pero sigo teniendo muchas dudas sobre su capacidad pirotécnica. Aunque temo seriamente que este tío la guarda. En comparación con el resto de quarterbacks titulares, creo que sólo está a menor nivel que Big Ben. Por cierto, los Ravens tienen plan B, ya que han firmado a Marc Bulger. Eso sí, la prudencia tiene un coste elevado (4 millones de dólares, nada menos).

Como decía antes, Flacco tendrá mejores socios que la temporada pasada. Anquan Boldin es un receptor de elite. De entre sus logros profesionales podemos destacar que es el quinto jugador en llegar más rápido a la marca de 7000 yardas de recepción de la historia de la liga. Sin duda, un fichajazo para un equipo que vivía de la carrera. Las amenazas se multiplican. Además de Boldin, los Ravens incorporan a un ex-convicto, Donté Stallworth, que la temporada pasada estuvo suspendido de empleo y sueldo tras salir de su breve estancia en la cárcel por homicidio imprudente (atropelló a un peatón conduciendo con un nivel de alcohol superior al permitido). Parece que Stallworth ha vuelto con las pilas cargadas y podría tener mayor protagonismo del inicialmente esperado. Derrick Mason debería ser en principio el número dos de los receptores, mientras que el gran perjudicado de las nuevas incorporaciones podría ser Mark Clayton. Además, los Ravens seleccionaron a un wide receiver con su primera elección de la quinta ronda del draft. No se puede decir que Baltimore no haya hecho los deberes para mejorar su juego de pase. En cuanto a los tight ends, los Ravens han utilizado dos elecciones en el draft para reforzar esta posición (Ed Dickson y Dennis Pitta, tercera y cuarta rondas), en la que Todd Heap, el líder histórico de la franquicia en recepciones, seguirá siendo el titular.

La línea ofensiva seguirá siendo la misma que la temporada pasada. Se trata de una línea bastante joven (con sólo un titular mayor de 26 años, el seis veces Pro-Bowler Matt Birk. Al hablar de la línea de los Ravens resulta inevitable hablar de Michael Oher, en cuya vida está inspirada la oscarizada película The blind side, que todavía no he visto (lo haré, pero cuando la estrenaron no me vi con las suficientes ganas, es que las pelis lacrimógenas me resultan bastante repulsivas y esta apesta a eso).

Anécdotas cinematográficas aparte, Oher es un buen jugador, como prueba el segundo lugar que ocupó en la votación al rookie ofensivo de la pasada temporada. Yanda, Grubbs y Gaither completan el grupo de titulares, al que no le falta profundidad. De la calidad de esta línea habla bien su solidez en el juego de carrera, base del juego ofensivo de Baltimore.

Y es que pese a los refuerzos al juego de pase, creo que el peso del ataque de Baltimore lo seguirá llevando la carrera. Cuando tienes a backs en tu plantilla como Ray Rice, Le'Ron McClain y el veterano pero seguro en las distancias cortas Willis McGahee, es lo normal. Preguntad a los Patriots por Ray Rice. Rice no solo es una amenaza como corredor sino también como receptor. Debería de volver a ser el líder ofensivo de los Ravens. Mientras, McClain quedó relegado a tareas de bloqueo propias de su posición de fullback, aunque si fuese necesario también puede acarrear el football. En definitiva, aunque nombre a nombre probablemente no encontremos a un top-3 de la NFL, el juego de carrera de los Ravens sí está en la elite de la liga (quinto en yardas totales la temporada pasada). Si el juego de pase mejora, que es probable, se abrirán más vías para la carrera. Difícil de parar, la verdad.

Pasamos a la defensa. Si hay un equipo cuyos nombres más destacados sean jugadores defensivos, ese es Baltimore. Sí, está Flacco, está Boldin, está Rice, está McGahee... pero Ray Lewis es el líder de esta franquicia. Desde su fundación, hablar de los Baltimore Ravens equivale a hablar de Lewis, el middle linebacker que más veces ha sido seleccionado para la Pro Bowl (11 ocasiones). Sin embargo, Lewis afrontará su decimoquinta temporada en la NFL. El viejo Ray se está haciendo viejo. Los Ravens saben que a pesar de que cuentan todavía con unos linebackers temibles, necesitan savia nueva. Por eso utilizaron su primera elección en el draft, en segunda ronda, para elegir a un linebacker, Sergio Kindle. Terrell Suggs ha perdido peso y dará un paso atrás de la línea después de un año como defensive end. Jugador de primera categoría. Jarret Johnson es otro gran jugador, para muchos injustamente olvidado en la confección de la plantilla de la AFC para la Pro Bowl. Dannell Ellerbe podría completar la unidad titular, tras llegar a mediados de la temporada pasada. El veterano Ayanbadejo y el jugador de segundo año aunque rookie en la práctica (se perdió la temporada pasada por lesión) Jason Phillips añaden profundidad a un equipo de linebackers temible.

La línea defensiva la lidera Haloti Ngata. Un apellido como Ngata es perfecto para jugar en la línea. Cómo va a ser mal jugador un tío llamándose así. Imposible. Tonterías aparte, Ngata es de los mejores de la liga en su posición. Encabeza una de las mejores defensas contra la carrera de la NFL (la quinta la temporada pasada). Kelly Gregg, lesiones mediante, es un buen nose tackle. El defecto que se le achaca a la línea defensiva de Baltimore es la falta de profundidad, ya que aparte del dúo citado, carecen de jugadores contrastados tras la marcha de Justin Bannan y Dwan Edwards. Cory Redding, procedente de Seattle, tratará de paliar esas bajas. Además, el segunda ronda Terrence Cody y el jugador de quinta Terrence Jones aportarán profundidad a la unidad.

Tres cuartos de la superficie terrestre están cubiertos por el mar. El resto está cubierto por Ed Reed. Eso dicen por Baltimore. Y cuando Reed está bien no les falta razón. Pocos jugadores atemorizan más al pasador contrario que Reed, amenaza permanente de intercepción. Sin embargo, Reed cumplirá 32 años en septiembre y su salud no es de hierro. El año pasado se perdió cuatro partidos y quién sabe si esta será su última temporada. No obstante, Reed no es la principal preocupación de Baltimore en la secundaria. Ya en un principio las alertas se fijaban en la posición de cornerback, donde solo contaban con dos titulares con experiencia y sin historial médico preocupante, Foxworth y Chris Carr. Bueno, pues el primero ha caído y es baja para toda la temporada. Carr, en el momento que escribo estas líneas, también está lesionado (aunque según parece no es nada grave). En cualquier caso, los aficionados de los Ravens tienen motivos para estar preocupados. Fabian Washington y Lardarius Webb vienen de operaciones de rodilla. Dawan Landry, otro jugador lastrado por lesiones, debería tener asegurada una plaza como titular. La secundaria parece el punto más débil de estos Ravens, agravado por la baja de Foxworth y las dudas que genera el estado físico de sus demás integrantes. Los suplentes Haruki Nakamura y Tom Zbikowski pueden tener bastante trabajo.

Terminamos el análisis de la plantilla con los equipos especiales. En la posición de kicker, tras la marcha de Stover los Ravens no encuentran la estabilidad necesaria. Billy Cundiff, teórico titular, y Shayne Graham lucharán por el puesto. Ninguno termina de convencer. Como para patear un field goal decisivo en Heinz Field. Sam Koch será su punter, un tío fiable. Ojo a los field goals fallados: si este equipo quiere ser campeón deberá tener suerte en este apartado del juego.

Acabo con la cuestión del calendario. Duodécimo más duro de la liga, ni frío ni calor, pero con un inicio muy complicado. Empiezan contra los Jets, el "otro" equipo de moda en la AFC esta offseason y continúan en Cincinnati. Teóricamente, un calendario más fácil que Bengals pero bastante más chungo que el de los Steelers.

En resumen, que veo a Baltimore con una gran plantilla y creo que son los favoritos para ganar la división, aunque a la nave Raven se le ha abierto una vía de agua preocupante, su secundaria, que deberán tapar como sea para no hundirse en una liga en la que el pase es la principal arma de ataque de los equipos punteros (¿es la primera vez que decimos esto, no?).


Cincinnati Bengals. Vamos a seguir repartiendo estopa. Si de los Ravens decía que me caían mal, de los Bengals tengo que decir que tienen el uniforme más feo de la NFL. Joder, pero qué mal gusto. Maldita la hora en la que decidieron dejar de plagiar el uniforme de los Browns. El casco que veis arriba es mil veces mejor que el actual. Si es que ese look atigrado no puede ser más feo. Creo que sólo supera a esa equipación (en fealdad) el bodrio que ha perpetrado Lotto para mi equipo de fútbol. Pinchad aquí y horrorizaos conmigo. A hostias habría que correrles por semejante bazofia, y también a los responsables del Dépor que permiten esta mierda. ¿Por qué les cuesta tanto a algunas marcas (y doy nombres: Joma y Lotto) hacer una puta camiseta en condiciones? ¿Hay gente que cobra por esto? ¡Que no es tan difícil, cojones! Cuanto más simple, cuantas menos mierdas, mejor. Y el puto logo de Lotto en rojo en la manga, si es que no puede quedar peor. Panda de sinvergüenzas... En fin, que vuelvo a la NFL. Qué casco más feo. Qué uniforme más feo. Me compraba antes las demás 31 camisetas de equipos de la NFL que la actual de los Bengals. Bueno, la equipación-imitación de los Browns no me disgustaba. Dicho esto, para gustos los colores: según el blog Shutdown Corner, de Yahoo! Sports, el actual casco de los Bengals es el séptimo que más mola de la historia.

¿Qué tiene que ver un tigre de Bengala con Cincinnati? Pues que Cincinnati tiene un (parece ser) famoso zoo en el que habitaba un raro ejemplar de dicha especie. Bueno, por lo menos tiene cierta relación con la ciudad (hola, Toronto Raptors). Y con la actual plantilla, que está hecha un zoo: pocas veces se ha visto a especies tan variopintas como en estos Bengals. Ochocincos, TOs, Pacmans... Menuda fauna.

Dejémonos de historias. Siempre empiezo los análisis de las plantillas por el quarterback, pero en los Bengals voy a hacer una excepción. Además, los protagonistas de la excepción destacan también por su desmedido afán de ídem. Hablo del TOcho. Y no hablo de lo que suelo escribir en este blog, sino del acrónimo que forman T.O. (Terrell Owens) y Chad Ochocinco. TO + Ocho = TOcho. Ochocinco y Owens son tan bocazas como buenos jugadores. Owens ya no lo es tanto, ni bocazas ni buen jugador. Ochocinco, aunque su edad mental sea la de un preadolescente, también está bastante mayorcito. No es imparable, como probó Revis la temporada pasada, pero es un gran receptor que seguro que se beneficiará de la presencia de otros receptores estelares en la plantilla. Adiós dobles coberturas. ¿Qué podemos esperar de Owens? Pues por el bien de los Bengals, un perfil más bajo del habitual. Bueno, que estamos hablando de TO... No sé, espero que con la edad haya aprendido a hacer menos el imbécil y se centre en aprovechar al máximo su última oportunidad de alcanzar el anillo. Owens no es santo de mi devoción. Creo que es el típico ejemplo de jugador excepcional aunque egoísta que antepone sus intereses individuales al bien del equipo. Que le pregunten a McNabb. No sé cuántas veces he hablado ya de The Secret, pero TO es otro ejemplo de libro de jugador que lo desconoce.

El tapado (si es que se puede utilizar esta palabra para referirse a este jugador), al menos desde el punto de vista mediático, es Antonio Bryant, wideout procedente de Tampa Bay. Bryant fue el primer plato y Owens el segundo. A principios de la no-temporada los Bengals dudaban entre firmar a Bryant o a Owens y se decantaron por el primero, a quien le ofrecieron el contrato más suculento. Tuvieron la enorme suerte de que nadie hizo una oferta lo suficientemente atractiva a T.O. y de que este se bajó de la burra. Trío estelar: TOcho + Bryant. Si este trío no fuese suficiente para augurar controversias por el número de pases dirigidos a cada uno de ellos, están Shipley, Lippincott, el ex-convicto (otro, sí) Matt Jones, Andre Caldwell y el tight end seleccionado con la primera elección de que disponía Cincinnati en el último draft (21.ª de la primera ronda) Jermaine Gresham. El cuerpo de receptores de los Bengals es una bomba de relojería, en todos los sentidos de la expresión. Para lo bueno, pues hay muchísimo talento, y para lo malo, ya que también hay muchas bocas que alimentar.

Peter King hacía unos cálculos en su último Monday Morning Quarterback que dan que pensar sobre la capacidad de que los receptores de los Bengals vean saciada su sed de pases. Las cuentas son las siguientes: el año pasado Cincinnati jugó 1011 snaps ofensivos. La mitad de ellos fueron jugadas de carrera. Si, como declara Marvin Lewis, el peso del ataque lo sigue llevando la carrera, si les respetan las lesiones, el trio TOcho Bryant tendría alrededor de 350 oportunidades de recepción en total. Ah, y a ellos hay que añadir la ración para Gresham, Shipley, Andre Caldwell (destinatario de 51 pases la temporada pasada) y, por si fuesen pocos, el jugador drafteado en 2008 Jim Lippincott, que según uno de los entrenadores de los Bengals es el receptor con mayor talento natural de la plantilla.

Ay, Palmer, la que te espera. Ya puedes repartir bien tus pases, porque si no no te faltarán recaditos de tus compañeros de equipo. Así, llegamos al quarterback. La temporada pasada, tras un comienzo decente, se fue diluyendo hasta "liderar" un juego de pase irrelevante, casi inexistente. En un año exento de lesiones, Palmer no estuvo a la altura. Este año tendrá más armas, aunque también más presión. Yo creo que es capaz de hacerlo bien. Peor que Big Ben y seguramente también peor que Flacco (digo esto con dudas) pero es un buen quarterback. Un notable, digamos.

A pesar del explosivo equipo de receptores con el que cuentan los Bengals, Marvin Lewis insiste en que el juego de Cincinatti volverá a basarse en la carrera principalmente. No sé si dice esto para despistar o, si lo dice sinceramente, si cambiará de opinión tras la primera pataleta de alguna de sus estrellas. Lo cierto es que los Bengals terminaron la temporada pasada siendo un equipo marcadamente corredor. Tampoco es de extrañar cuando un jugador de la calidad de Cedric Benson rinde a su nivel. Otro que hizo de las suyas durante la offseason. Estuvo implicado en una pelea en un bar de Texas. Manteniendo el nivel del equipo, sí señor. Temas extradeportivos aparte (qué difícil resulta obviarlos en un equipo como este), Benson ofreció un muy buen rendimiento la temporada pasada, a pesar de su sobreexplotación: 23 carreras por partido, récord de la franquicia. Un mayor protagonismo del pase (a pesar de las palabras de Lewis) y más ayuda de los demás backs (Bernard Scott y Brian Leonard) sería muy conveniente.

Las características de la línea ofensiva han ayudado también a que los Bengals se fuesen decantando por la carrera en vez del pase. Muy sólidos bloqueando para el running back, más flojos como protectores del quarterback. Se habla de si Andrew Whitworth debería desplazarse al lado derecho, salvo que Andre Smith, jugador elegido en el 6.º lugar de la primera ronda del draft del año pasado, muestre mejor adaptación al puesto. De él se espera mucho. Dennis Roland y Anthony Collins deberán colaborar también. Por dentro es donde la línea ofrece más dudas. Bobbie Williams tiene ya 33 tacos. Kyle Cook, el center, flojea ante nose tackles poderosos. El guard izquierdo en principio será Nate Livings, en competencia con Evan Mathis. Lo dicho, una línea correcta que deberá mejorar la protección a Palmer.

El fichaje estrella en la defensa, o al menos el que más llama la atención, es el de Pacman Jones. Otro chalado con problemas con la justicia. Reforzará la secundaria de Cincinnati. Dice que ha madurado, y pone como ejemplo que aunque la policía le putee (al menos bajo su punto de vista) él conserva la calma y no va a por ellos. En otras palabras, que cuando la poli le pide la documentación de su coche, él no monta un pollo a los agentes creyéndo que lo único que buscan es mofarse de Pacman. Pues eso, otro muy buen jugador con muy poquita cabeza. Y solo 26 años, está a tiempo de reconducir su carrera. La verdad es que Marvin Lewis va a tener más trabajo psicológico que técnico. En cualquier caso, una incógnita de jugador. Por suerte, los Bengals tienen a dos muy buenos cornerbacks en Leon Hall y Jonathan Joseph. Morgan Trent, David Jones y el rookie de tercera ronda Brandon Ghee competirán con Pacman por minutos de juego sin que ninguno de ellos tenga plaza asergurada. Si Roy Williams deja atrás sus problemas de lesiones, será el strong safety de la defensa de Cincy. Chinedum Ndukwe (buen nombre) le puede comer la tostada en breve. Chris Crocker será el titular como free safety, con Tom Nelson y Gibril Wilson disputándose la plaza de primer suplente. En términos generales, una secundaria decente que será clave para el éxito de los Bengals dada la limitada presión al pasador contrario que pudieron ofrecer sus compañeros.

Y es que la línea defensiva de Cincinnati no es para tirar cohetes. Destaca Antwan Odom, que tuvo un inicio de temporada excepcional en 2009 (8 sacks en los 4 primeros partidos), pero tras lesionarse en el tendón de aquiles, el estado físico de Odom ofrece serias dudas. A pesar de las críticas por su rendimiento, es probable que Robert Geathers continúe como titular. En la posición de defensive end, Cincinnati por lo menos cuenta con profundidad, o en otras palabras, con muchos tíos, aunque ninguno excepcional. La clave estará en Domata Peko y su capacidad de atraer dobles bloqueos para liberar espacio a sus compañeros. Tank Johnson será en principio el otro titular en el centro de la línea, a la que Fanene, Sims, Dunlap, Rucker, Atkins y Harris aportan la profundidad de la que hablábamos.

La unidad más destacada de la defensa de los Bengals es la de linebackers. Por fuera, Keith Rivers y Rey Maluaga (otro con problemas con la justicia durante esta offseason). En el medio, el playcaller defensivo (el que marca las jugadas), Dhani Jones. Brandon Johnson, Abul Hodge y Rashad Jeanty ocupan los primeros lugares en el depth chart que se maneja a estas alturas de la pretemporada para sustituir al trío de detrás de la línea titular.

En cuanto a los equipos especiales, los dos kickers del equipo son poco fiables: ni Dave Rayner, que parte con ventaja, ni Mike Nugent, que le hará la competencia. El punter será el jugador de segundo año Kevin Huber, que si bien no estuvo mal en lo que le toca, sus compañeros de cobertura permitieron una media de 10,1 yardas de retorno. Eso es mucho. Ah, seguramente veamos a Pacman Jones como retornador, aunque Quan Cosby, que lo hizo muy bien el año pasado, debería de seguir teniendo la confianza de Marvin Lewis.
Termino con el calendario de los Bengals. Como anticipaba, los Bengals tendrán a rivales más duros que el resto de equipos de la división. La distancia con los Steelers es significativa: mientras los Bengals tienen el 4.º calendario más fuerte de la NFL, los Steelers tienen el 21.º. Pues ojo, que esto también cuenta. Y como la cosa no empiece bien, las hostilidades internas pueden desencadenarse. El comienzo se las trae: Atlanta, Miami, Pittsburgh e Indianápolis. Ningún partido sencillo.

Pittsburgh Steelers. Las aguas bajan turbias por el río Ohio. Comencemos este análisis recreándonos en esta bella estampa del estadio de los Steelers, el del ketchup, bañado por el citado río:


No es el mítico Three Rivers Stadium, pero no está mal. Que se lo digan a los kickers forasteros. Los Steelers deberían estar viviendo días de gloria. Quién iba a decir hace un año que al hablar de la franquicia de Pittsburgh estaríamos hablando de inestabilidad y escándalos. Pues sí. Pero creo que los gestores del equipo tienen bastante parte de culpa en ello, por mucho que dudar de Dan Rooney sea casi pecado. Para mí han cometido dos errores difíciles de comprender: regalar a Santonio Holmes a los Jets y sumarse al linchamiento de Big Ben.

Ya hablé de estos dos temas. No entiendo cómo se deshacen de Holmes con tan pocos miramientos. Estamos hablando de un MVP de la Super Bowl. De un jugadorazo. Seguro que no era el mejor ejemplo fuera de los terrenos de juego, pero quizá el problema está en querer hacer ver a los deportistas como ejemplos en situaciones en las que no deben serlo. Que nadie se engañe, a un deportista se le admira por lo que hace en el campo. Que está muy bien que sea un ciudadano ejemplar, correcto, pero aparte de exigirles unos mínimos de comportamiento, que me parece bien, hay que dejar de verlos como un ejemplo. En otras palabras, que hay que educar a la sociedad para que no tome ejemplo de los deportistas fuera de las canchas, porque generalmente dejan mucho que desear (opinión meramente personal), tanto en sus actitudes como en sus palabras. Con esto quiero decir que suele dar vergüenza ajena escuchar hablar a las estrellas del deporte, que más que darles voz a todas horas en los telediarios, había que silenciarlos, o por lo menos "filtrar" sus declaraciones, que luego la gente se idiotiza. El único ejemplo que se debe tomar de un deportista, salvo que demuestre que sabe hablar y escribir con un mínimo de coherencia, es el que resulta del terreno de juego: me gustaría jugar como Holmes, NO me gustaría actuar como Holmes. Ese es el problema. Y la NFL se empeña en seguir confundiendo la esfera personal con la deportiva. Por mucho que se empeñen, la cuestión no tiene solución. Más les valdría empezar campañas de educación del tipo en lo único que debes imitar a los jugadores de la NFL es en su forma de jugar al football que seguir diciendo que un jugador de la NFL es un espejo para los jóvenes y que debe comportarse como tal.

Lo que decía antes vale también para Big Ben. Menos moralinas. Roethlisberger esta vez no ha cometido ningún delito. Se ha emborrachado con una tropa de universitarios, quién sabe si algún menor de por medio y ha sido acosado (seguramente sin mucha resistencia por su parte) por unas cuantas guarrillas. ¿Resultado? De 4 a 6 partidos de sanción. Y los Steelers de acuerdo. Tócate las pelotas.

El primer problema de los Steelers para la temporada venidera estará en la posición del que toca el culo al center. Lefwich será quien tenga el honor de realizar tales lides durante al menos los cuatro primeros partidos. El primer inconveniente, evidente, es el descenso de calidad en el puesto. Y el segundo, que si las cosas van bien (imaginemos que los Steelers se ponen 4-0, que sería raro, pero no tanto), el papelón para el Dr. Foreman, digo, Mike Tomlin, es de cuidado. ¿Voy a cambiar una pieza esencial ahora que todo va bien? Ojalá tenga ese problema, pensará Tomlin. Porque Leftwich es un quarterback mediocre, pero Big Ben... Joder, ¿hay un quarterback mejor que Big Ben en la NFL? Ahora cualquier análisis está viciado por el tema de sus vicios, pero si no sería poco descabellado decir que Roethlisberger está en la lucha para ser el mejor quarterback de la liga. De verdad que lo creo. Lo que pasa es que su comportamiento fuera de las canchas nubla la visión de muchos analistas, e incluso de aficionados de los Steelers que piden la oronda cabeza de Roethlisberger. Y yo que no salgo de mi asombro. Si vuelve a tiempo, ojo con Pittsburgh porque tienen al mejor QB de la división. Este sí que sabe de fuegos artificiales, que se lo digan a los Cards hace un par de temporadas o mismamente a mis Packers el año pasado.

Ben pierde a su mejor socio con la baja de Holmes. Hines Ward se va haciendo mayor, aunque sigue siendo un receptor temible (y sonriente). El go-to-guy era Santonio Holmes. Ahora que no está, el jugador de segundo año Mike Wallace deberá asumir su papel. El año pasado ya mostró maneras muy Santonianas, como en la recepción que dio el partido a los Steelers en el mejor partido que vi la temporada pasada, donde Big Ben crujió inmisericordemente a mis Packers. Pongo la jugada de marras porque aunque me duela, hay que verla. A ver a qué otra jugada os recuerda:


Los Steelers confían en que Wallace cubra la baja de Holmes. La pena es que más que cubrir su baja, Wallace podía ser un complemento ideal. Como decía antes, el juego de pase de Pittsburgh sigue contando con el sonriente Hines Ward, cuyo rendimiento debería de ir en declive (34 años), sobre todo si no le respetan las lesiones. En el puesto de tight end cuentan con Heath Miller, un muy buen jugador que el año pasado fue a su primera Pro Bowl. Randle El, que vuelve a Pittsburgh, echará también una mano como receptor. Su participación será importante ante la probable baja por lesión de Limas Sweed para toda la temporada. Matt Spaeth, otro tight end, suele tener también protagonismo como receptor. La unidad de receptores, pues, está mermada, pero sigue teniendo a jugadores de mucho peligro.

Más débil veo el juego de carrera de Pittsburgh, que no les termina de funcionar. Willie Parker se ha ido. La temporada pasada Rashard Mendenhall fue el running back titular y sus números no fueron nada malos para un equipo pasador como los Steelers, más de 1100 yardas. Ante la baja de Parker, Mewelde Moore, el tercero de la lista, tendrá que dar un paso adelante. O él o el novato elegido en sexta ronda Jonathan Dwyer. También ayudará el jugador de segundo año Frank "The Tank" Summers, que puede jugar de halfback o de fullback. La carrera de Pittsburgh me genera dudas. Especialmente porque en los primeros partidos de la temporada las defensas se cerrarán más ante la baja de Big Ben, justo cuando los Steelers necesitan más de sus corredores.

La eterna asignatura de Pittsburgh, año tras año, es la línea ofensiva. Su mediocridad no les impidió ganar el anillo hace un par de años. El propio Roethlisberger dirigió casi sus primeras palabras, desde el podio en el que recogía el trofeo de campeón, a sus (des)protectores, preguntándoles en tono irónico (y eufórico) ¿quién ríe ahora, línea ofensiva? Pues cuando juegan contra los Steelers, los pass-rushers rivales. En Pittsburgh son plenamente conscientes de esta carencia y con su primera ronda del draft escogieron a un center, Maurkrice Pouncey. Se dice que empezará jugando como guard diestro, ya que Hartwig, que tampoco es un jugador dominante, será aquel cuyo trasero sea tocado por el QB Steeler. Ahí seguirán Willie Colon, Starks y Kemoeatu. Tampoco es que se prevea una gran mejora la temporada que viene, así que ya puede prepararse Leftwich para recibir.

En cuanto a la defensa, si sus playmakers permanecen sanos, volverá a ser temible. Me refiero al chico de los anuncios de champú, Polamalu, a James Harrison y a LaMarr Woodley. Tres defensores de elite. En la línea, el año pasado notaron mucho la baja de Aaron Smith, líder de la unidad, a pesar de que cuenta con un muy buen nose tackle, Casey Hampton, que firmó un contratillo de 21 millones de dólares por 3 años en la no-temporada. Brett Keisel es el jugador que completa la línea titular de tres. El mayor problema: la edad de estos jugadores. El menor tiene 32 tacos. Urge preparar el relevo. Ziggy Hood, primera ronda en el draft de la pasada temporada, es la mayor esperanza para ello. Chris Hoke será el relevo en el nose tackle, no de futuro (este tiene 30) pero sí para dar descanso a Smith.

En el cuerpo de linebackers encontramos a dos cracks por fuera, Harrison y Woodley, y jugadores más flojos por dentro. Evidentemente es difícil mantener el nivel de los dos jugadores citados, pero Farrior ya tiene 35 y Timmons deberá mostrar más que la pasada temporada, en la que debutó como titular. Para reforzar el interior de los de detrás de la línea, los Steelers recuperan a Foote, en lo que no deja de ser el reconocimiento de una equivocación, ya que lo soltaron pensando en que con Timmons tenían suficiente. Se ve que no. También usaron sus segundas, cuartas y (una de las) quintas rondas en el draft para reforzar la línea, con Jason Worilds, Thaddeus Gibson y Stevenson Sylvester. Los novatos aportarán profundidad y quién sabe si alguno de ellos es un relevo válido. Bueno, que los Steelers tienen unos linebackers pa cagarse de miedo. Punto fuerte.

En cuanto a la secundaria, la presencia o no de Polamalu será fundamental, como se demostró el año pasado. Sin él, y a pesar de que la presión sobre el pase contrario no fue mala, la secundaria sufrió más de la cuenta. Polamalu es de los mejores jugadores de la liga, e incluyo a todos, atacantes y defensores. El problema es su fortaleza física. Si la mantiene, los Steelers tendrán una defensa con pocas fisuras. Porque los problemas en la posición de cornerback no se notarán tanto. Para ello han recurrido a una solución parecida a la que comentaba en el párrafo anterior: recuperar a un viejo conocido. En este caso, Bryant McFadden, al que adquirieron en el día del draft. Lo que se conoce como Solución Estudiantes (recuperar a viejos conocidos, la llamo así porque el Estu es especialista en hacer eso de fichar a ex-jugadores del equipo, y os digo unos cuantos: Germán Gabriel, Marlon Garnett, Iker Iturbe, Andrae Patterson, Nacho Azofra, Corey Brewer, Gonzalo Martínez...). McFadden será titular, con Ike Taylor en la otra esquina. Ryan Clark, el "quarterback del fondo de la defensa", fue renovado y será un buen free safety titular. También firmaron al safety Will Allen, aunque su papel debería limitarse al por si acaso. El rookie Crezdon Butler (cornerback) reforzará el punto débil de la secundaria.

Los equipos especiales lo hicieron de pena la temporada pasada. Tanto, que el entrenador de la unidad fue despedido. Joder, 4 touchdowns de retorno recibidos. Qué desastre. Por lo demás, el kicker bien, de Jeff Reed te puedes fiar y en un estadio como el de los Steelers resulta decisivo: el Heinz Field goal es el más complicado de convertir, pero Reed domina el arte. De los mejores de la liga en su puesto, todo un goaleador (hostias, la de chistes malos que da de sí la expresión). El punter, Sepúlveda, flojete. Necesita mejorar. Vamos, que todo lo bueno que podemos decir del kicker lo tienen de malo los demás especialistas. ¿Entonces deberíamos decir que estamos ante un punto débil-fuerte? Joder, qué bobada, bien en FGs, mal en lo demás.

Ah, que no lo había dicho. Aunque no creo que los Steelers estén para ganar la división, voy con ellos. Son mi segundo equipo, así que espero que lo hagan lo mejor posible y, si no pueden hacerlo los del queso en la cabeza, que ganen los de la terrible towel.

Finalmente, en cuanto al calendario, los Steelers juegan teóricamente contra rivales más asequibles que sus rivales de división. Sin embargo, en el caso de Pittsburgh hay que diferenciar el calendario sin Ben del con Ben. No tengo muy claro qué sería mejor, si que los partidos más fáciles sean con Leftwich al mando, y así tener mayores opciones de victoria con el QB flojo, o que fueran los más chungos, ya que se perderían de todos modos y así aseguras los de Roethlisberger. Lo que sí tengo claro es que un buen inicio es importante. Los cuatro primeros partidos de los Steelers, el sin Ben, los enfrenta a Falcons en casa (jodido), Titans y Buccaneers fuera (ganables aunque complicados) y Ravens en casa (partido muy importante). Si consiguen un par de victorias, tendrán sus opciones de playoff intactas. Un 0-4 sería difícilmente salvable. Dicho esto, los Steelers tienen la suerte de que si la sanción a Big Ben se reduce a 4 partidos (si todo va bien, y por ahora va, debería suceder), su jornada de descanso es la quinta, por lo que tienen un fin de semana libre para adaptar con tiempo los sistemas a la llegada de Roethlisberger. Una pequeña ayudita del calendario.


Cleveland Browns. Los Browns son un año más el comodín de la división. Ya me gustaría poder decir otra cosa, pues como sabéis es una franquicia que me cae bien, pero no espero nada bueno de ellos. Mucho me extrañaría que consiguiesen igualar el número de victorias que obtuvieron la temporada pasada, en la que completaron una recta final sorprendentemente victoriosa. Hay quien los ve mejor: así, Peter King les da posibilidades de mejorar su marca del año pasado e incluso conseguir un registro victorioso. A mí me extrañaría mucho, pero queda dicho.

Quizá les quede el consuelo de ser el mejor equipo de Cleveland, la ciudad de las desgracias deportivas. La principal fuente de esperanza para los Browns está en la llegada de Mike Holmgren. Todo un especialista en levantar muertos. Qué voy a decir de él, si soy seguidor de los Packers.

Los Browns han fichado a Jake Delhomme para que dirija su ataque. Caben dos posibilidades: la probable, que Delhomme esté en una de las últimas etapas de la cuesta abajo y sin frenos de su carrera; o la improbable aunque optimista, que estemos ante un nuevo caso Kurt Warner, ante otro quarterback sin nombre que tras vagar por ligas menores (precisamente de suplente de Warner en Europa) lleva a su equipo a la Super Bowl (vale, que Delhomme no la ganó) y tras posteriores temporadas mediocres resurge en una franquicia maldita. Demasiado bonito para ser verdad, pero quién sabe, con que Delhomme vuelva a su nivel de los mejores años en Carolina (muy lejos del Warner de los Rams, es verdad) los aficionados de los Browns ya se darían con un canto en los dientes. Si Delhomme rinde al nivel del año pasado, le pasará lo mismo y tendrá que ceder el testigo al rookie Colt McCoy, jugador que llega con buen expediente universitario aunque por su condición de novato los Browns no querrán quemarlo a las primeras de cambio.

Me da la sensación de que falta música. No puede ser. ¡Si en Cleveland está el Rock and Roll Hall of Fame! No es momento de discutir sobre dicho Hall of Fame y toda la (gran cantidad de) mierda que hay ahí metida. Que sirva como excusa para poner música. En ese salón de la fama están Tom Petty and the Heartbreakers. American girl mola. La tocaron en el descanso de la Super Bowl de David Tyree, por cierto.



Aprovecho que toca analizar a los receptores para hablar de Josh Cribbs, el mejor jugador de este equipo. Digo que "aprovecho" porque no está muy clara la posición de Cribbs. Comentaba el jugador que cuando se presentaron los veteranos a los rookies, cada jugador decía su nombre y posición. Cribbs dijo que su posición era "depending on the game it is". Podéis ver sus declaraciones aquí, con la breve previa de 5 minutos que dedicó NFL.com a los Browns (monopolizada por Cribbs, por cierto). Pues eso, un chico para todo. Incluso dice que si hiciera falta jugaría en defensa. Evidentemente esto es un farol, aunque hace coberturas de retornos y da una idea de la polivalencia de Cribbs: retornador, defensor de retornos, receptor y corredor (sobre todo recibiendo en Wildcat formation). Este tío es un crack, una de las pocas luces de verdad en un equipo plagado de sombras. La especialidad de Cribbs es el retorno. No en vano, tiene el récord de la historia de liga en touchdowns de retorno, con 8. Otro dato que da muestras de su calidad es que ha sido elegido como miembro del equipo de la década de los ¿00? (qué raro suena) en la posición de retornador de kicks. Como receptor hay quienes piden que deje de actuar, ya que no lo hace demasiado bien. Saliendo de la Wildcat dio buenos resultados, y en retornos no hacen falta más comentarios.

Vamos con los receptores stricto sensu. Una de las claves del fracaso de Brady Quinn y Derek Anderson en Cleveland fue la debilidad de su equipo de receptores. Probablemente lo peor de la plantilla (que no es poco). Los Browns fueron el peor equipo de la liga en yardas de pase la temporada pasada. En su descargo (de los receptores, me refiero; no de quien confecciona la plantilla), hay que decir que los dos wide receivers titulares eran novatos, dos segundas rondas de 2009, Mohamed Massaquoi y Brian Robiskie. Massaquoi fue el jugador de los Browns que más pases recibió con la peor marca de un líder de recepciones de los Browns en una temporada de los últimos 35 años: 34 recepciones. Nótese el especial mérito que tiene el récord en una época en la que para ganar hay que pasar, donde se pasa mucho más que antes (creo que es la primera vez que decimos esto, habrá que repetirlo más). En la posición de tight end la titularidad debería ser para el recién fichado en agencia libre Ben Watson, ex de los Patriots. No es un crack, pero para lo que hay no está mal. Una colleja para Holmgren: es obvio que los Browns necesitan mejorar en multitud de puestos y que los receptores titulares deben de mejorar su rendimiento en su segundo año, pero no es de recibo que Cleveland espere hasta la sexta ronda del draft para reforzar a su unidad más débil. Carlton Mitchell fue el elegido. Hay que decir que también firmaron a la joven promesa Bobby Engram, pipiolo de 37 (sí, 37) años, probable número 3.

La línea ofensiva, sin embargo, es bastante buena y cuenta con jugadores jóvenes que pueden dar todavía más de sí. Hablo del center, Alex Mack, primera ronda en 2009, quizá el mejor de la división en su posición y del Pro Bowler Joe Thomas (para algunos el mejor left tackle de la liga). Steinbach, Womack y Pashos (recién fichado) completan una más que decente línea titular, en la que podría entrar John St. Clair por el último. También se incorpora el rookie de tercera ronda Shawn Lauvao.

Con tan buena línea y tan malos receptores (y quarterbacks) la responsabilidad del ataque la soportaba la carrera. No creo que la cosa cambie el año que viene. Jerome Harrison acabó pletórico la temporada pasada y fue clave en las últimas tres victorias (561 yardas en tres partidos). Los Browns probablemente no están tan seguros de ello, lo que explicaría los intercambios realizados el día del draft para elegir a Montario Hardesty en segunda ronda. El novato no empieza con buen pie, ya que por culpa de una lesión se pierde los primeros entrenamientos y probablemente los sucedáneos de pretemporada, que si valen para algo es para que los nuevos y los suplentes fijen posiciones. Lawrence Vickies, el fullback titular, mostró ser buen bloqueador para Harrison. Sólida carrera, mal pase. El resultado no es difícil de adivinar.

En defensa, los Browns son de la 3-4. Menos los Bengals, toda la AFC Norte lo es. Shaun Rogers (lesionado aunque no de gravedad a día de hoy) en el centro, Kenyon Coleman y Robaire Smith serían los titulares. Puede que Rogers se mueva a alguno de los lados para dejar sitio a Ahtyba Rubin como nose tackle. Bueno, ya que hemos hablado de tantos incidentes desagradables protagonizados por jugadores de la AFC Norte, vamos con uno positivo: mientras conducía, Shaun Rogers vio que algo iba mal en un coche que tenía delante. Llamó a la policía para avisar de que parecía que el conductor se dormía (iba pedo) y cuando el coche se salió de la carretera y paró, Rogers paró su camión con los intermitentes puestos para que todo el mundo lo advirtiese y evitar colisiones. Acojonante, eh, qué tío. Sin embargo, no todo son comportamientos ejemplares. El propio Rogers, antes, se vio envuelto en un incidente por llevar un arma cargada a un aeropuerto. Según él, fue un accidente. Vaya, ni un buen ejemplo completo.

En la unidad de linebackers destaca la incorporación del vigente campeón Scott Fujita. Será la novena temporada de Fujita en la NFL, que cambia un equipo de elite como los Saints por dinero. Dudo de la sed de Fujita. Es un buen jugador, sin más. Los tres linebackers que le acompañarán como titulares serán el veterano de undécimo año David Bowens, D'Qwell Jackson y Matt Roth. Una línea correcta, sin más, en la que el defecto que se le achaca es su falta de presión suficiente al pase, su eficacia aumenta contra la carrera.

En cuanto a la secundaria, fue esta la unidad que decidió Holmgren reforzar en primer lugar en el draft con la incorporación del cornerback Joe Haden, cuya titularidad se prevé, aunque la tendrá que luchar con Eric Wright y Sheldon Brown, que llega procedente de los Eagles. Como el jugador de primera ronda de Cleveland no sea titular, en un equipo con tantas vías de agua que tapar, algo falla en la gestión. Más refuerzos llegaron con las elecciones de segunda ronda, un safety (T.J. Ward) y de quinta (otro más, Larry Asante). Cuando un equipo es el cuarto peor de la liga en la defensa contra el pase, la secundaria está en el punto de mira. Debe mejorar y puede hacerlo dadas las incorporaciones. Nada temible, en todo caso.

De los equipos especiales ya hablamos al hablar de Cribbs. El retorno se convierte en una poderosa arma ofensiva en un equipo tan necesitado como los Browns. El veterano kicker Phil Dawson es un jugador fiable infrautilizado. Y tuvo los huevos de saltarse OTAs (entrenamientos y actividades de offseason) para forzar la firma de un contrato mejor que, con buen criterio, no le dieron. La posición de punter, donde hay mucho más trabajo, se la jugarán Dave Zastudil y Reggie Hodges.

En fin, poco talento y gestiones difíciles de entender por parte de Holmgren, empezando por mantener a Mangini como entrenador (qué bien le vino el final de temporada). Pero yo confío en Holmgren. Es un tío que sabe y lo ha demostrado. Si en Cleveland le dejan trabajar, seguro que lo hará bien. La llegada de Colt McCoy puede que sea el primer golpe de suerte.

El calendario es el décimo más duro de la liga. Demasiado para un equipo como los Browns, que tienen la desgracia de coincidir en una división con tres gallitos. Mala suerte. Ya les gustaría estar encuadrados en cualquiera de las divisiones del oeste. Eso sí, dentro de lo que cabe tienen un inicio asequible: Buccaneers y Chiefs. Imaginemos que se ponen 2-0 y cogen confianza (viva el optimismo)...

Mi absurda predicción final. Mi corazón me invita a ser optimista y decir que ganan los Steelers, y no puedo negar que a pesar de los pesares veo opciones para que esto pase. Sin embargo, la cabeza me dice que los Ravens lograrán la victoria en la AFC Norte seguidos de los Bengals. Los Steelers darán mucha guerra pero quedarán terceros, mientras que los Browns, sin opciones, volverán a ser cuartos. En esta división, más que en ninguna otra, espero equivocarme.

Seguiremos por el oeste dentro de poco [si se confirma lo del 4, algo más]. Entretanto, si queréis pasar un buen rato (en todos los sentidos de la expresión buen rato) escuchando los análisis de todos los equipos de la NFL, ya están colgadas las previas de Football Speech a la AFC y la NFC.
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CIERRE: en breve, algo sobre el 4. Siempre que se confirme la retirada. Mejor dicho, cuando me la crea. Que ya pululan por Internet opiniones y encuestas sobre cuándo hay que creerse Favre se retira (y todas apuntan a que tarde). Ya, no es nada original escribir sobre el tema, pero es lo que hay.